Esta madrugada, dia 9 de octubre, ha fallecido a los 93 años Canuto Pedro Marcos Centenera, veterano militante de la CNT. Esta noche a las 22h se le homenajeará en la sala 3 del Tanatorio de Guadalajara y mañana en el cementario de la misma ciudad a las 10h30.
Pedro,
como le llamaba su familia, fue primero miliciano en el Batallón
Rosemberg, y posteriormente soldado de la 49 Brigada Mixta, ambas
unidades creadas en Guadalajara. Posteriormente fue sargento de tanques, hasta el final de la guerra. Tras la contienda estuvo preso en un Batallón penal en Teruel. Su hermano de Emiliano Marcos Centenera, militante como él, de la CNT, fue fusilado en marzo de 1940. Hoy nos ha dejado un gran luchador. Esta noche a las 22.00h se le
homenajeará en la sala 3 del Tanatorio de Guadalajara (junto al
Hospital). Mañana le despediremos en el cementerio de Guadalajara a las 10.30 h,
rodeado de banderas rojinegras. Será enterrado junto a su hermano en el
cementerio civil de Guadalajara. Os esperamos para despedir a este querido compañero.
Artículo del periódico cnt de noviembre de 2009
“Seré anarquista toda la vida” Una militancia anarquista en Guadalajara
Canuto Pedro Marcos Centenera
Julián Vadillo Muñoz
Son
90 años los que jalonan la vida de este anarquista. Pelo blanco, mirada
alegre y muy dicharachero. Sentado en su sofá y junto a sus dos
muletas, pues hace unos años que las piernas le dan la lata a la hora de
caminar. Pero a medida que se conversa con él se ve que las ganas de
luchar y la confianza en un presente y futuro libertario no las han
aniquilado toda la represión y las desgracias que ha tenido en su vida.
Canuto Pedro Marcos Centenera (aunque a él le gusta que le llamen Canuto) nació en Guadalajara
un 19 de enero de 1920. Sus padres, cercanos a la UGT, eran originarios
del pueblo guadalajareño de Tórtola de Henares. Recuerda su infancia,
que fue de mucha necesidad, hambre y miseria. La vida de la España del
momento era muy difícil. Con apenas 8 años tuvo que empezar a buscarse
la vida: daba de comer a los cerdos, recogía leña del monte, etc. No
había derecho para la educación de los pobres. Siempre fue un aficionado
a las vaquillas y al toreo y recuerda como jugaba con sus amigos en el
barrio de El Chorrón.
Su
vinculación a la CNT viene ya en los años republicanos, cuando contaba
con unos 14 años. Y fue por influencia de su hermano, Emiliano Marcos
Centenera, que fue uno de los impulsores del sindicato en la capital
alcarreña. Recuerda como en aquel tiempo la gente estaba mucho más
unida, como en las manifestaciones la UGT y la CNT iban de la mano. Como
el anarcosindicalismo impulso una pequeña escuela en San Estaban. Allí
tenían una amplia biblioteca donde pudieron leer a los clásicos.
Al
sublevarse los militares contra la República tiene que salir hacía El
Clavín (una zona de Guadalajara) Recuerda como se refugiaron los
militares en el Alcázar y un primo suyo, militar republicano, informa a
las fuerzas leales a su llegada a Guadalajara. Ortiz de Zárate, el
militar rebelde de Guadalajara, es ejecutado por las fuerzas leales.
Canuto
se enrola en las milicias y el 2 de agosto parte con el Batallón
Rosemberg hacia Sigüenza. Retroceden por la pérdida de la ciudad de El
Doncel. Tras la militarización forma parte de la 49 Brigada Mixta, que
era mayoritariamente comunista. Entra en combate en la batalla de
Guadalajara, si bien no está en el epicentro de la lucha, ya que su
unidad estaba más cerca de Jadraque.
Tras la Batalla de Guadalajara pasan a Don Benito, donde la sed corría a toda la tropa. Un teniente comenzó
a beber agua y al querer hacer lo mismo Canuto, el teniente se la
quita. Ni corto ni perezoso Canuto le asesta un cabezazo al teniente.
Aprovechan ello para darle la baja por menor de edad.
Vuelve a Guadalajara pero se vuelve a enrolar y le manda a Archena (Murcia), a la Academia de Fuerzas Blindadas. Allí estuvo mes y medio instruido por profesores soviéticos. Salen para Nules, pero les sorprende
el corte que la zona republicana tiene a la altura de Vinaroz. La
salida se hace pues a Extremadura. En eso Canuto asciende en el Ejército
Popular de la República y alcanza el grado de sargento.
El
final de la Guerra le coge en Levante y trata de ir a Valencia primero y
luego a Alicante para partir al exilio. Al estar atrapados va hacia
Almansa. Una frase de Canuto es conmovedora: No se puede expresar con
palabras cuando vi el primer Tercio y la bandera de los sublevados. La
Guerra se ha perdido. Fue retenido y agredido, pero pudo escapar. Llega
hasta Aranjuez. Allí se encuentra con su paisano Agustín Yela. Recuerda
el hambre que pasó.
A
su vuelta a Guadalajara comienza el calvario de Canuto. La represión se
comienza a cebar con los elementos que han luchado al lado de los
leales. Y ellos son anarquistas. Un tío suyo es ejecutado. Pero quizá la
muerte más sentida para Canuto fue la de su hermano Emiliano. El 9 de
marzo de 1940 es ejecutada la pena de muerte que sobre el pesada. Estaba
preso en Guadalajara. Fueron a llevarle comida y le dijeron que lo
habían trasladado. Preguntó donde, pero no obtuvo respuesta. Canuto
sabía que lo habían matado. Baja al cementerio y le dicen que allí no
está. Sube al Ayuntamiento de Guadalajara y le dicen que efectivamente
ha sido ejecutado esa mañana y que su cuerpo está en el cementerio. El
dolor que sentía no se podía expresar. Va a recoger dinero para poder
comprar un caja para su hermano. Se lo facilita su novia (hoy su
compañera). Reconoce a su hermano. Recuerda de forma triste (y que
todavía nos llena de rabia) como cuando enterraban a Emiliano, el cura y
los falangistas de Guadalajara se reían. Después de esto ¿hace falta
preguntar para qué sirve la memoria histórica?
Aun
así Canuto esta un año tras la Guerra en Guadalajara. Es movilizado y,
al estar fichado por anarquista, lo llevan a Teruel, a un Batallón de
Trabajadores. En Teruel estuvo 2 años, con más de 1000 guadalajareños.
Allí conoció a otros anarquistas. Uno, que aun vive en Francia, todavía
conserva su amistad. Y me mostró fotografías de aquel momento.
Vuelve
a Guadalajara y se coloca como camarero. Luego pasa a trabajar en la
construcción. Recuerda como los falangistas le insultaban y escupían. Le
dijeron que le iban a hacer lo mismo que a su hermano. Los falangistas
hicieron que Canuto durmiera más de una noche en el campo.
Siguió
manteniendo contacto con miembros de la CNT alcarreña. Recuerda como en
1942 detuvieron a unos cuantos. Se salvó por poco de quema. Aun así son
años de terror y miedo. Eso paralizó cualquier intento de reestructurar
nada.
Cuando
murió Franco sintió alegría. Pero no tanta por verle morir en la cama.
Como todos los represaliados soñaban con derribar al dictador en vida y
que diera explicación de su criminal conducta contra la humanidad.
Participó
de la reestructuración de la CNT. Pero todavía le atenazaba el miedo de
la dictadura, por lo que su compromiso no fue tan alto.
Este
anarquista de 90 años sigue fiel al ideal. Considera que la democracia
no tiene seriedad. Cree que hay una falta de escrúpulos en los
sindicatos y que tan solo se salva la CNT. Las opiniones del PP le
enfadan muchísimos. Son los neofranquistas llenos de corrupción.
Cuando
hace unos años retiraron las estatuas de Franco y José Antonio Primo de
Rivera de Guadalajara (campaña que estuvo impulsada por la CNT) sintió
alegría. ¿Cómo no la iba a sentir, si de las calles alcarreñas
desaparecían el ejecutor de su hermano (y de tantos miles de compañeros)
y el inductor ideológico de esos crímenes?
Su
solución sigue estando en el anarquismo. En él ve la única salida en
nuestra sociedad. Por ello cree que tenemos que dar más de sí. Su
opinión es que hay que afearles la actitud a CCOO y UGT.
“Seré anarquista toda la vida” sentencia. Y nosotros contigo, compañero.