De patitas y en la calle. Así quedaron el pasado mes de abril tres trabajadores del llamado Grupo ADSLZone después de intentar regularizar su relación laboral con la empresa que dirige Javier Sanz. Tras varios años trabajando para la empresa en situación de falsos autónomos, decidieron acudir a la vía legal para que el empresario reconociese la relación laboral por cuenta ajena que los tres trabajadores habían mantenido en este periodo. Lejos de admitirla, la respuesta de Sanz fue despedirles de forma inmediata.
Así funciona el Grupo ADSLZone
La historia de los trabajadores en esta empresa, uno de los referentes en Internet en materia tecnológica, comenzó hace cuatro años, cuando entró a trabajar el primero de los ahora despedidos. Éste trabajó varios meses como redactor de contenidos en lo que el empresario vino a denominar “periodo de prueba”, trabajando a media jornada en la modalidad de “colaboraciones periódicas” que la empresa aseguró era totalmente legal.
Seguidamente fue la propia compañía quien exigió al trabajador su alta como trabajador autónomo para pasar a trabajar en la web a jornada completa con la correspondiente mejora en los salarios a recibir. Incluso desde la misma empresa se facilitaron los trámites para dicho alta.
Posteriormente entraron a trabajar en la web tanto los otros compañeros despedidos como otros trabajadores. Las condiciones fueron similares: primero “colaboración periódica” y tras convencer con su trabajo al empresario, situación de falso autónomo, todo ello sin contrato alguno. A partir de ese momento, los trabajadores se veían obligados a presentar de forma mensual unas facturas con el salario a percibir, para así dar apariencia de autónomos; un salario que era establecido unilateralmente por el empresario. Esto último ocurría igualmente con los horarios de trabajo así como con las directrices para el contenido de las noticias que redactaban cada día.
Como supuesto incentivo, la empresa corría a cargo de la cuota de autónomos. Es decir, en dichas facturas se incluía el mentado salario más la cantidad correspondiente a la cuota de autónomo y el IVA de turno. Otra de las supuestas ventajas que el empresario destacaba que tenía para con los trabajadores era ofrecerles un mes de vacaciones remuneradas, algo a lo que no pueden aspirar los verdaderos autónomos. Dichas vacaciones estaban, de nuevo, estrictamente reguladas por la empresa.
Conscientes de la posición fraudulenta en la que se encontraban y de la total pérdida de derechos laborales, los trabajadores acudieron en varias ocasiones al empresario de cara a que éste regularizase la situación. La respuesta de éste siempre fue rechazar de plano dicha petición, cuando no ignorarla, argumentando que contratarles de forma legal, como trabajadores por cuenta ajena de forma indefinida, “era insostenible” para las cuentas de la empresa. Sin embargo, paralelamente el Grupo ADSLZone crecía de forma paulatina con más webs y con más trabajadores. Por su parte, el Registro Mercantil habla de unos beneficios para la empresa en los dos últimos años que alcanzan los siete dígitos. En una de sus contestaciones a las peticiones de los trabajadores, el empresario llegó a decir: “Es lo que hay, o lo tomáis o fuera”.
Despido ipso facto
El siguiente paso que dieron los trabajadores afectados fue acudir al Tribunal de Arbitraje, donde se interpuso una papeleta de conciliación pidiendo a la empresa que reconociese la relación laboral -que por entonces seguía existiendo- y que se hiciese cargo de las cotizaciones a la Seguridad Social como trabajadores por cuenta ajena que no habían sido pagadas hasta ese momento.
Llegado el momento de la conciliación, la empresa ofreció a los trabajadores una compensación económica y firmar un contrato mercantil con el que dar supuesta forma legal a la situación llevada hasta ahora. Éstos rechazaron la oferta, al considerar que no se ajustaba a la realidad laboral y ver en dicho contrato mercantil una trampa potencial para el despido libre y sin remuneración. De manera inmediata, la empresa cerró las cuentas de los demandantes y no pudieron acceder a sus puestos de trabajo en las webs, donde escribían a diario, www.adslzone.net y www.gamerzona.com.
Paralelamente, la empresa ofreció al resto de sus trabajadores dicho contrato mercantil argumentando que era “mero trámite que le exigían sus abogados”, probablemente para cubrirse las espaldas ante posibles situaciones similares. Poco después se supo que la empresa había estado buscando sustitutos para los trabajadores denunciantes antes incluso de que éstos fuesen despedidos. A los nuevos aspirantes, la empresa siguió ofreciendo sin tapujos una situación laboral similar a la que ostentaban los que serían despedidos en cuestión de días.
Como represalia, Javier Sanz decidió no pagarles el sueldo correspondiente a marzo hasta unos meses después, días antes del fin del plazo al que la ley obliga a pagar las facturas de autónomos. Paralelamente, y según él mismo reconoció ante uno de sus trabajadores, se encargó de “avisar a otras empresas del sector de lo sucedido y alertarles de la peligrosidad de estos tipos”, recomendándoles su no contratación. Por último, para enfrentar a sus trabajadores con los despedidos, Sanz advertía a su plantilla que la acción de los demandantes ponía en riesgo la “viabilidad de la empresa” y comprometía la situación del resto de trabajadores.
La situación actual
Los meses han transcurrido y pese a los intentos por negociar entre los trabajadores despedidos y la empresa, ésta se ha cerrado en banda. Los despedidos, afiliados al sindicato CNT Artes Gráficas, Comunicación y Espectáculos de Madrid, han ofrecido a la empresa acuerdos para la readmisión y regularización de la situación laboral con la correspondiente compensación por los perjuicios causados en este tiempo. La contestación por parte de la empresa ha sido una negativa rotunda y permanente. Por último, señalar la situación de indefensión en la que han quedado estos trabajadores, no reconocidos por el sistema como tales y, por tanto, sin prestación por desempleo ni indemnización alguna por su despido.
De cara a poner fin a este fraude de los falsos autónomos y la situación en la que se encuentran los despedidos del Grupo ADSLZone, hacemos público un conflicto cuya resolución tiene en sus manos la propia empresa. Una empresa que a la vista de estos graves hechos compite en desigualdad de condiciones (favorables en este caso aunque fraudulentas) con otras que sí tienen a sus trabajadores legalmente contratados.
Por este motivo, decimos NO al fraude de los falsos autónomos y pedimos la difusión y denuncia de casos similares para ayudar a acabar con una de las prácticas empresariales que más se ha extendido en los últimos años y que en la práctica vienen siendo un arma ideal para que el empresariado sin escrúpulos ponga en práctica uno de sus sueños: el despido libre.
STOP FALSOS AUTÓNOMOS
http://falsosautonomos.wordpress.com
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Sindicato de Artes Gráficas, Comunicación y Espectáculos de Madrid – CNT
Tfno.: 628 367 594
Plaza de Tirso de Molina, 5, 6º derecha.