Yo nací en medio de dos siglos
Crecí con la vileza de los últimos años del siglo XX
Mis ojos vieron como echo raíz la mariguana en los montes
Como nuestros hijos se echaron al mal camino
El vicio creció como una enredadera
Los periódicos anunciaban desaparecidos
La yerba empezó a cotizar en los mercados
Los bancos jineteaban un dinero que nunca devolvieron a sus dueños
Muertos, muchos muertos que pedían ser reconocidos por sus deudos
Mujeres en el norte empezaron a morir todos los días
A falta de huesos solo quedaron dientes para tratar de identificarlas
No hubo olfato que reconociera que mi país
Sucumbía ante la imposición, la corrupción y el fraude
Nadie grito a tiempo
Los pocos que gritaron fueron sometidos a pistola, encarcelados y desplazados
A las montañas.
Que podría hoy decir de mi país-mundo.
La inmundicia se globaliza tanto como la economía
Y todos caminamos al precipicio.
Sobre la faz de la tierra
Camina un rebaño
Arreado por los dueños del mundo
Hasta el mismo dios tiene correa en el cuello.
No hay espejos
Por ello no sabemos quien es el otro
Desfilan rostros que guardan como un equipaje su enojo
Bestias cansadas de arar el dinero de otros
Que mala comedia
¡Quien ungió esta farsa!
Sobre nuestra espalda pesa la democracia
Hermosa ramera que nos cobija con malos argumentos
Peces muertos por su propia boca