Ante el próximo homenaje que se realizará en la
ciudad de Jaén los días 7 y 8 de octubre a la Legión española, desde el Sindicato de Oficios Varios de la CNT-AIT
queríamos aprovechar la oportunidad para denunciar y mostrar nuestro más profundo rechazo a este
tipo de actos que nos retrotraen a épocas en las
que el fascismo campaba a sus anchas en todo el Estado español. Y es que
no deja de sorprender, con la que está cayendo, esta ocupación del espacio público por una organización
criminal, herramienta fundamental del Estado y el Capital para defender sus
propios intereses de clase.
Los ejércitos, ejecutores del monopolio de la violencia (legitimada por ellos
mismos) que ejercen los Estados, encarnan, junto al resto de fuerzas represivas,
la esencia de conceptos tan arraigados en nuestras sociedades de hoy como son el
nacionalismo, la jerarquía, la obediencia y la
sumisión. Nociones claves en la construcción de los sistemas de
dominación de todo pelaje que asolan nuestra actual existencia y que cimentan a
su vez estructuras que posibilitan la autoesclavización de las masas.
Estos eventos de exaltación patriótica, pretenden camuflar el
problema de fondo (la lucha de clases), uniendo a las personas alrededor de
ideas segregadoras y rezumantes de odio
como son el nacionalismo, la patria y demás abstracciones burguesas.
Desde que acabó la Guerra Fría y a falta de un
nuevo enemigo, los ejércitos buscan justificarse
con el discurso humanitario, lo cual no deja de ser una paradoja al estar
integrados por personas uniformadas, entrenadas y armadas para la guerra. Este
pretendido lavado de cara lo constata el hecho de que las distintas formas
de publicidad de las Fuerzas Armadas superan los
18 millones de euros de presupuesto al año.
Por otra parte, desde hace unos meses en el
Estado español, los militares tienen la
consideración de agentes de la autoridad, lo que significa que los
ciudadanos están obligados a seguir sus instrucciones y que se castigará con
especial rigor a quienes les desobedezcan, se resistan a sus mandatos o les
agredan verbal o físicamente. Un decreto que ha pasado totalmente desapercibido
para la población.
Es por esto que desde la Anarcosindical nos oponemos frontalmente a
semejante esperpento, animando al pueblo trabajador a liberarse del yugo
que nos imponen los que gobiernan nuestras vidas a través del miedo, el control
planificado y la represión a todos los niveles.
Contra el Estado y todas sus formas de
violencia:
¡FUERA LOS EJÉRCITOS DE NUESTRAS CALLES!