«Fue a mi hermano al que mataron, pero tenían odio a todos»

Se
cumple un nuevo aniversario de la muerte de Agustín Rueda, asesinado el 14 de
marzo de 1978 en la cárcel de Carabanchel tras sufrir un salvaje interrogante
al descubrirse un túnel en el interior de la prisión. Le recordamos a través de su hermana María Rueda.

I. Nistal | Periódico CNT

Fotografía: Laura Fernández

Pregunta.— El
origen humilde de vuestra familia, la Colonia de Sallent, el exilio en
Francia… ¿son circunstancias decisivas para configurar su personalidad y el
compromiso libertario? 

Respuesta.—
Si, claro. Todo lo que vivió en la colonia, la escuela, las condiciones de los
mineros… En la escuela empieza a hacer redacciones totalmente diferentes a la
de los otros chavales, como hablar de las injusticias que sufría la gente en
general y lo que veía en su entorno. Y cuando salió de la primera detención en
“la Modelo” fue cuando adquirió la ideología libertaria.

P.— Cuéntanos cómo era
Agustín

R.—
Agustín era un chico normal como cualquier otro, le gustaba el deporte, salir y
estar con los amigos. Agustín era muy leal, íntegro y amigo de sus amigos. Era
un chico que tenía las ideas muy claras, leía todo lo que le caía en las manos,
con muchas ganas de aprender.

P.— ¿Qué recuerdas de su activismo anarquista ligado a la CNT?

R.—
Su activismo con la CNT lo tiene en Francia y des de allí pasa material por la
frontera para hacerlo llegar a Barcelona como papeles y libros clandestinos y
creo que piezas de una multicopista. En ese aspecto era reservado y a la
familia no nos decía prácticamente nada.

P.— ¿Cuándo y por qué
entra en la cárcel?

R.—
Agustín entro por primera vez en la cárcel Modelo a los diecinueve años por la
lucha de los vecinos de la colonia para conseguir un túnel para comunicar el
barrio, partido por la mitad por la carretera y causante de varias muertes por
atropello. La segunda y última vez que entra en prisión es en el año 77 al ser
detenido en el Coll de Banyuls, situado en la frontera con Francia, junto a
otro compañero transportando explosivos, siendo engañados por un personaje que
los llevó hasta la ratonera que tenía preparada la Guardia Civil.

P.— ¿Cómo se desarrolló su
activismo dentro de la prisión?

R.—
Si bien en la primera entrada a la cárcel descubrió que sus ideas se llamaban
anarquismo, que había gente que pensaba como él y que nos decía que ojalá
pudiera estar más tiempo compartiendo celda con compañeros para aprender sobre
la idea, es en la entrada en la cárcel de Girona donde contacta con miembros de
COPEL y se une a su lucha en Carabanchel.

P.— ¿Cómo te enteras de su
asesinato? ¿Por qué Agustín?

R.—
Me entero por la televisión el día 14 de marzo, el día después. El telediario
decía que fue una reyerta entre reclusos por un colchón. Me puse en camino el
mismo día por la noche y antes de llegar a Madrid llamamos a la abogada y ya
nos dice que lo han matado los carceleros.

Fue a mi hermano al que
mataron pero tenían odio a muchos por no decir a todos y le toco a él en esa
ocasión, pero en otros días antes o después cayeron y siguen cayendo.

P.— Implicados en su
muerte el subdirector, varios funcionarios, el médico y hasta el cura de la
prisión, el suceso conmociona a la opinión pública. ¿Cómo transcurrió el juicio
y qué sentencias se ejecutaron? ¿Hubo mucha tensión en la calle por aquellas
fechas?

R.—
El juicio se hizo diez años después. Fue una vergüenza y una farsa, el
presidente del tribunal era del TOP (Tribunal de Orden Público). A nosotros nos registraron de arriba abajo
y en la sala entraba un personaje de Fuerza Nueva presumiendo de pistola. El
juicio duró casi dos meses  con un
sentimiento de impotencia.

Las sentencias iban
desde los doce años para el director, subdirector y funcionarios  a los cinco años para los médicos por muerte
por negligencia, no cumpliendo ni un año de prisión después de la sentencia.
Antes del juicio estaban preventivos pero como si estuvieran en su casa.

Cuando hubo más
protestas y la gente salió a la calle fue cuando lo mataron. Para el juicio
pasados diez años lo que había era apoyo de organizaciones y colectivos como
CNT, Mujeres Libres, organizaciones de derechos humanos. Ya no había una
movilización masiva.

P.— Las muertes en
prisión, la corrupción y la impunidad continúan a día de hoy… ¿Qué
comparativa harías de aquel momento con el de ahora? 

R.—
Para mi manera de ver, todo sigue igual. El poder actúa como siempre ha actuado
por lo tanto es necesario continuar con la lucha y nunca olvidar a mi hermano y
tantos otros que dejaron su vida por la libertad.

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