El derecho a huelga amordazado
“Han lanzado un mensaje a las disidentes. Nos quieren calladas, con miedo y solas. Nos van a tener gritando, luchando, sin miedo y juntos y juntas. No vamos a permitir sus juicios y sus condenas políticas. Hay que pasar de la solidaridad al compromiso. Si nos tocan a una, responde el pueblo”
Elena Ortega, 15 de junio de 2015
Hay que hacer que las masas de la sociedad civil reflexionen porqué el Ministerio Público está solicitando penas de cárcel tan brutales a las personas que participan en los movimientos sociales. Lo señalaba Erlantz Ibarrondo, abogado del caso de Alfonso Fernández. En estos momentos, Ibarrondo calcula que más de un centenar de personas está inmersa en procesos de un mínimo de cuatro años de prisión por participar en manifestaciones y huelgas. La misma acusación siempre: atentado a la autoridad y desórdenes públicos.
A las nueve de la noche la campana de la Borromeo empezó a tañir. Llegaban nueve lecheras y un coche de camuflaje con tres policías sin uniforme. Mascando chicle. Procurando que todo estuviese bajo control. Bastante vergüenza ya. No sabían qué situación se encontrarían. Y toparon con medio millar de personas conformando el primer muro humano de Madrid. Porque frente a su represión, nuestra dignidad y afectos nos empoderan y hacen invencibles. Porque Alfon no está solo. Porque cualquiera podríamos estar hoy en la piel de Alfon.
El muro humano se había estructurado en tres grupos, como capas de una cebolla. Una externa con gente de a pie, otra en la que cada cual llevaba puesta una máscara con la cara de Alfon (porque todas somos Alfon), y una última con su gente, irreconocible, vestida con monos blancos y máscaras. Gente que fue saliendo de forma pacífica para que la policía comprobara su identidad. Hasta que al final Alfon salió. “Que luego no digan que han tenido que buscarme: he dado la cara”, dijo Alfon. Como siempre. Desde el principio. Dando la cara.
Si el caso de Alfon no es una excepción, sí lo ha sido la respuesta madrileña ante la represión a la que se ha enfrentado. Un gigantesco grupo de apoyo que de forma natural siempre está ahí, y la creación de Madres contra la Represión. A raíz del asesinato de Carlos Palomino, las madres vallecanas ya habían planteado la necesidad de unirse frente a los ataques a sus jóvenes antifascistas. La gota que colmó el vaso fue la detención de Alfonso la mañana del 14N, cuando salía de su casa para participar en las acciones de la huelga general, convocada entre otras organizaciones sindicales por CNT. El día de antes las madres del barrio habían sido avisadas de “estrangis” por la policía: sería conveniente que sus hijos no salieran si no querían meterse en problemas… Pero salieron.
Durante el juicio se evidenció que Alfonso Fernández llevaba siendo investigado desde el año 2009, siendo aún menor de edad. Se vinculó su militancia y participación en manifestaciones anteriores al proceso judicial en el que fue culpado de tenencia de explosivos. El uno de julio entrarán en vigor la reforma del Código Penal y la nueva Ley de Seguridad Ciudadana. El nuevo Código Penal establece el Derecho Penal de Autor, por el que se puede condenar a una persona en función de sus amistades y manera de vivir. Pero esto todavía no está vigente… ¿Cuál es la legalidad entonces ante la información obtenida y guardada en esos ficheros de control secretos? Un proceso judicial lleno de vacíos y silencios, sin pruebas vinculantes. Sin cadena de custodia de los supuestos explosivos por cuya tenencia se le condena. Informes dudosos que aparecen de la nada. Sólo la palabra de los agentes, validada por la Audiencia Provincial el 8 de enero y ratificada el pasado 16 de junio por el Supremo. Otra justicia es posible. Alfon entra en prisión.
España es el tercer país con menor tasa de criminalidad de la Unión Europea. Y también el primer estado comunitario con mayor población privada de libertad. “Estamos gobernados por una coalición de intereses de las élites políticas y económicas. Coalición que ha generado una estructura de corrupción que ha arrasado económicamente este país, y que nos han situado como segundo estado de la Unión Europea con mayor desigualdad, con uno de cada tres niños en riesgo de pobreza severa.”, declaraba Lorena Ruiz Huerta, de la Asociación Libre de Abogad*s. “Las personas de esta coalición que están gobernando el país y generando esta estructura corrupta están siendo juzgadas con muchísima dificultad, y se enfrentan a penas de prisión muchísimo más bajas que Alfon. Frente a esto, una reforma del Código Penal que ha perdido la ocasión de haber sido el baluarte contra la corrupción. Manteniendo por ejemplo delitos como el del artículo 315, por el que más de 300 trabajadoras y trabajadores se enfrentan a procedimientos judiciales penales por participar en huelgas”.
“Se lo han llevado. Entre la multitud de su gente, los gritos desgarradores de su madre y la furia y frustración de su compañera, Alfon desde hoy pasa cuatro años entre rejas secuestrado por un montaje policial. Montaje que podrían haberte hecho a ti si alguna vez has salido a luchar por lo que es justo. Por eso, el sábado 20 miles de personas estuvieron en Sol. Porque Alfon no está solo. Porque Alfon eres tú”.
CNT Federación Comarcal Sur – Villaverde