Como usted conoce, desde hace 20 años está funcionando la incineradora de residuos de Valdemingómez, durante los cuales los diferentes gobiernos municipales del PP se han negado a realizar estudios epidemiológicos que determinasen la afectación sobre la salud de la población de la zona.
Sin embargo, en 2013 se publicó el primer estudio de ámbito nacional, que analizó la mortalidad de las poblaciones que viven en un radio de 5 km de incineradoras y otras industrias contaminantes. Dicho estudio confirmó la existencia de “un riesgo estadísticamente significativo más elevado de morir de todos los tipos de cánceres, tanto los hombres como las mujeres que viven en municipios situados cerca de incineradoras y plantas de tratamiento de residuos peligrosos y, concretamente, un mayor exceso de riesgo de padecer tumores en estómago, hígado, pleura, riñones y ovarios”. Otros estudios confirman estos riesgos hasta un radio de 10 kilómetros alrededor de estas industrias, lo que en el caso de la Comunidad de Madrid implicaría la afectación de cerca de 900.000 personas de Getafe, Velilla, Villaverde, San Fermín, Orcasitas, Las Rosas, Coslada, San Fernando, Mejorada y Pinto, además de las de Cañada Real, Villa de Vallecas, Rivas y Perales del Río.
En diciembre de 2015 el Ayuntamiento de Madrid firmó el “Manifiesto municipalista para la promoción de la salud y el derecho a un sistema sanitario público y universal”, en el que se comprometía a actuar sobre los determinantes de la salud, entre ellos los ambientales. Este compromiso obliga al actual Ayuntamiento de Madrid a tomar medidas que garanticen la salud colectiva de la población, a la vez que se diferencia claramente de las políticas del PP, por lo que debe programar el cierre de la incineradora cuando finalice su concesión, en 2020. Mientras, hay tiempo suficiente para diseñar un plan de residuos cero que priorice la reducción, el reciclaje y la reutilización, así como medidas legislativas que tiendan al embalaje cero.
En este momento, en el que el gobierno regional del PP anuncia en su “Estrategia de gestión sostenible de los residuos 2017-2024” la posible construcción de dos incineradoras más, situadas en el norte y el sur de la Comunidad, previsiblemente cerca de vertederos ya existentes y colmatados, se dibuja un escenario más preocupante aún, por lo que es el momento de tomar decisiones que no agraven más la situación.
Hacemos un llamamiento a todas las organizaciones interesadas para articular una respuesta conjunta a lo que es una nueva agresión planificada a nuestra salud.
Por el cierre de Valdemingómez • Por una estrategia de residuos cero
No a la construcción de más incineradoras
Lo primero es garantizar la salud de la población, no los intereses del mercado
CNT -Rivas
CAS-Madrid