Mientras políticos de todos los colores pelean por sus sillones e
intereses, las empresas hacen negocio y nos envenenan. La salud es lo
primero. Miércoles 8 de junio, a las 19:30 hr., frente al
Ayuntamiento de Madrid, en Cibeles, por el cierre de la incineradora de
Valdemingómez.
Desde hace 20 años, a pesar de las movilizaciones de los vecinos de la zona, está funcionando la incineradora de residuos de Valdemingómez, industria altamente tóxica de la que siempre se ha sospechado su peligrosidad. Sin embargo, pese a las peticiones de los vecinos de la zona, la Consejería de Sanidad siempre se ha negado a realizar estudios epidemiológicos que determinasen su influencia sobre la salud de la población de los barrios y pueblos cercanos.
En 2013 se publicó el primer estudio nacional, realizado por investigadores del Instituto de Salud Carlos III, que analizó la mortalidad de las poblaciones que viven en un radio de 5 km de las incineradoras existentes en el estado español. Dicho estudio confirmó la existencia de “un riesgo estadísticamente significativo más elevado de morir de todos los tipos de cánceres, tanto los hombres como las mujeres que viven en municipios situados cerca de incineradoras y plantas de tratamiento de residuos peligrosos y, concretamente, un mayor exceso de riesgo de padecer tumores en el estómago, el hígado, la pleura, los riñones y los ovarios”.
Curiosamente, el estudio citado excluyó, por razones que desconocemos, a la incineradora de Valdemingómez, y por tanto, no se analizó la mortalidad de las poblaciones de Vallecas, Rivas, Perales del Río y la Cañada Real, es decir, a cientos de miles de personas que viven dentro de un radio menor a los 5 km. que establecen los criterios de dicho estudio que, con toda seguridad están sufriendo problemas similares. Además el área de afectación se incrementa por efecto de los vientos dominantes en la zona mas allá de Velilla, Mejorada, Pinto y Getafe. Incluso estudios recientes demuestran el incremento de la mortalidad en diferentes tipos de canceres, y malformaciones congénitas hasta un radio de hasta 10 kilómetros alrededor de estas industrias.
Los casos de Valdemingómez y Seseña son simples muestras del descontrol y la desprotección existentes, dado que las Administraciones, tengan el color político que tengan, no son capaces en ningún caso de tomar medidas que garanticen la salud de la población, ya que lo que prevalecen por encima de todo, son los intereses del mercado. Frente a esta realidad, debemos de organizarnos en nuestros barrios y localidades para defender nuestra salud.
CAS Madrid