COLUMNISTAS | ENRIQUE HOZ
El colega Juancar hizo un hueco en
su apretada agenda, repleta de horas de esquí, paseos en yate y
percances con los paquidermos, para asistir en la fábrica de
Mercedes-Benz de Vitoria a la puesta de largo de la nueva furgoneta
de la marca.
El acto ha contado con la presencia de los máximos
mandatarios de la firma alemana de automoción y, por parte estatal,
Juancar ha estado arropado por el Lehendakari, por el Ministro de
Industria y por un nutrido grupo de empresarios, es decir, los
habituales que le dan lustre a los zapatos.
«Majestad, tiene usted que probarla»,
le han invitado los directivos de Mercedes-Benz al Juancar. Cuidado
que, si no se matiza bien la expresión, con lo vicioso que es, lo
mismo se la bebe o, lo que es peor, lo lee el Ministro de Interior,
saca la frase todavía más de contexto y acaban los mandamases de la
multinacional acusados de apología de algo. Y es que anda el
Ministro Manporrero un poco engorilado sobretodo contra lo que se
dice en las redes sociales a raíz de la muerte de la Presidenta de
la Diputación de León.
Resulta novedoso que una noticia de
este tipo tenga como protagonistas a unas peperas. Madre e hija hilan
un plan, bastante chapucero a la vista de la rápida resolución del
caso, consistente en tirar de gatillo para resolver sus rencillas
personales con la mandataria leonesa. El hecho, en sí, me causa
indiferencia… vamos, que me la suda, lo cual no quiere decir que me
alegre.
Que putadón para el PP. Una víctima
del Partido en plena campaña electoral a la que no le pueden sacar
rédito político porque su verdugo también es de la casa. ¿Qué
hacer entonces? Hay que rentabilizarlo de alguna manera y qué mejor
que utilizar la excusa de algunas reacciones que el suceso provocó
en Twitter para controlar más las redes sociales, esos espacios de
gran difusión que tanto molestan a estos gobernantes cercenadores de
la libertad de expresión.
A este paso, difundir por Twitter
conocidas expresiones como «obrero despedido, patrón colgado» será considerado como apología del asesinato, «obrero si no
luchas, nadie te escucha» una invitación a la violencia y «los
Borbones, a los tiburones» una incitación a la gastronomía
salvaje.