Erick Benítez es una de las cabezas visibles del anarquismo mexicano, formando parte de la Federación Anarquista de México (FAM). Recientemente ha estado de gira por Europa para acudir al Encuentro Internacional Anarquista de Suiza (ver cnt nº 392). Aprovechamos su parada en la península para intercambiar impresiones y conocer de primera mano la realidad mexicana.
I. Nistal | Periódico cnt
Pregunta: ¿Qué similitudes ves entre la situación actual de España con la de México?
Respuesta: Me parece que España ahora se está «mexicanizando»: nosotros vivimos esas mismas condiciones de precariedad desde hace muchos años. La crisis que ahora vive España en México es una constante desde hace muchos años ya. La diferencia es que mientras en México la corrupción, la crisis y el sindicalismo en manos del Estado ha sido siempre algo claro para prácticamente todo el mundo, allá apenas va descubriéndose la cortina y se va viendo en verdad la descarnada cara del capitalismo voraz.
P: ¿En qué contexto resurge la FAM?
R: La Federación surge en el contexto donde muchos compañeros y compañeras intentan unificar al movimiento anarquista que desde hace muchos años se ha caracterizado por estar fragmentado en múltiples colectivos e individualidades. Si bien el anarquismo en México continúa sin estar en su mayoría agrupado, la Federación es ese intento por acercarnos y hacer frente juntos a los ataques del capitalismo mexicano que campa a sus anchas en la actualidad.
En el 2008, que es cuando se realiza el “Primer Congreso Local Libertario”, México acaba de pasar en apenas dos años por dos acontecimientos importantes en las luchas sociales:
– La bestialidad de la Policía Federal Preventiva (PFP) en San Salvador Atenco, con las 26 mujeres violadas a manos de ésta policía, y la bestial represión que tiñó de sangre las calles.
– La cruda represión ejercida por Ulises Ruiz en Oaxaca, donde igualmente se demostró que el Estado mexicano, pese a lo que se diga al exterior del país, es uno de los aparatos terroristas más sofisticados que hay en la actualidad.
Todo esto ejerce una influencia en los que ahora conformamos la FAM para intentar agruparnos en una organización que sea capaz de hacer frente a las embestidas del gobierno mexicano.
P: Muchos anarquistas sois muy críticos con el movimiento zapatista de Chiapas, ¿por qué? ¿qué aspectos positivos se pueden extraer de esa experiencia?
R: Consideramos que el proceso iniciado con el levantamiento zapatista se quedó a la mitad del camino. Se estancó cuando comenzaron a hablar de una “nueva constitución mexicana”, cuando comenzaron a hablar no de destruir el sistema de gobierno, sino de reformarlo con leyes más o menos liberales, reformas y nuevas constituciones. Y como anarquistas, enemigos de toda forma de Estado, quienes no coincidimos con el zapatismo es porque no deseamos nuevas leyes, reformas ni nuevas constituciones. Creo que el pueblo ya ha sido gobernado durante mucho tiempo, como para proponer que siga siendo esclavo de nuevas (si es que fueran nuevas) formas de gobierno.
¿Aspectos positivos del zapatismo? ¡Claro que los hay! Empezando porque sus comunidades viven una forma de vida autónoma. En 1994 el movimiento zapatista dio al mundo una fuerte sacudida cuando los indígenas tomaron las armas para luchar contra el gobierno mexicano. Cambiar las armas para hacer “política” hizo que el movimiento decayera. Espero que las comunidades, (no el ejército, que eso ya es cosa aparte) pese a los ataques que han sufrido, continúen trabajando como siempre lo han hecho.
P: ¿Qué sensaciones traes de tus vivencias en Saint Imier? ¿Y de tu gira por España?
R: Básicamente la reafirmación de la solidaridad y hospitalidad de los muchos compañeros y compañeras que fraternalmente me tendieron la mano durante mi estancia en Suiza y España.
A nivel de militancia traigo muchas ideas en la cabeza para proponer a mis compañeros y por impulsar individualmente. Traigo la sensación de que los anarquistas vamos por buen camino, si bien hay algunos fallos, creo que a nivel internacional se está teniendo presencia en las luchas de cada localidad, y eso es bastante bueno.
En Saint Imier los compañeros de la Federación Anarquista de Francia son bastante interesantes, y tienen un trabajo muy comprometido. Los compañeros de otros países con los que pude platicar (Italia, Bielorrusia, Eslovenia, Brasil, Argentina, Uruguay, etc.) tienen igualmente procesos organizativos bastante interesantes de las que se puede aprender mucho.
En España me parece que la CNT sigue en la lucha que lleva realizando desde hace muchos años ya. Conocí compañeros bastante aguerridos y firmes en sus ideas.
P: ¿Qué etapa de la historia del movimiento anarquista mexicano considera más relevante?
R: Elegir una me parece difícil, porque todos los procesos por los que ha pasado el anarquismo en México son interesantes. Sin embargo hay dos etapas que me parecen fundamentales:
1. La llegada en 1861 de Plotino Rhodakanaty y las posteriores luchas en Valle de Chalco por Julio Chávez López.
2. La lucha del Partido Liberal Mexicano y su vital papel para el estallido de la revolución mexicana.
El primero porque sienta los inicios del anarquismo en México. No solo el anarquismo teórico y militante, sino también los primeros alzamientos revolucionarios y anarquistas en México.
El segundo porque a las luchas de los iniciadores del anarquismo en el siglo XIX, agrega la potencia y claridad de las ideas anarquistas e impulsa la revolución mexicana (si bien no satisfecha dadas las traiciones de Francisco I. Madero y otros personajes similares).
P: Y EL exilio español libertario en México, ¿qué aportó al movimiento?
R: Habrá quien esté de acuerdo y quién no. Pero a mi parecer contribuyó mucho al anarquismo en México. Durruti anduvo antes del exilio en México, y ayudó igualmente a los anarquistas mexicanos.
Con el exilio llegaron valiosas contribuciones, y entre ellas hubo quienes ayudaron a la fundación en 1941 de la Federación Anarquista Mexicana (no Federación Anarquista de México, como la de ahora) y editaron “Regeneración” hasta 1970. Así mismo se estuvo editando la revista “Tierra y Libertad” durante bastantes años.
La Biblioteca Social Reconstruir fue fundada por Ricardo Mestre (objeciones aparte) y fue un centro de reunión durante años para jóvenes anarquistas y punks.
P: ¿Estás satisfecho de los resultados obtenido con tu libro “La traición de la hoz y el martillo”?
R: Los resultados me parecieron buenos, porque se puso nuevamente sobre la mesa una discusión que muchas veces incomoda a quienes pretenden agrupar a todo tipo de ideas para luchar por objetivos que muchas veces no son propiamente revolucionarios.
La repercusión, si te refieres a los sucesos de “La Gotera” en Madrid, tienen dos aspectos, uno positivo y uno negativo.
Negativo por los compañeros y compañeras que resultaron heridos. Positivo, porque se vio claramente de qué lado de la barricada está cada quien. Y que nuestros principios, tácticas y finalidades, nunca han sido ni serán las mismas que las de los aspirantes a dictadores del pueblo trabajador.
Me parece excelente que haya habido compañeros que a raíz de esos sucesos, hayan roto nexos con el marxismo, porque por la salud del anarquismo internacional, debemos tener claro quién es esa gente, y saber que podrán decir mil y un cosas, pero que al final de todo están del mismo lado de nuestros enemigos: del Estado y de quienes aspiran a que el pueblo siga siendo la materia prima de sus dictaduras.
P: ¿Qué posibilidades hay de la implantación del anarcosindicalismo?
R: El sindicalismo en México está casi por completo vendido al Estado, excepto algunas raras excepciones. Posibilidades las hay, y con la reforma laboral recientemente aprobada que precariza aún más la vida de los trabajadores, el anarcosindicalismo tiene muchas posibilidades. Así que espero que dadas las condiciones actuales, y que se agravarán con la entrada de la dictadura priísta (Partido Revolucionario Institucional) al gobierno, el pueblo comience a tomar acciones por su propia mano y cree sus propios sindicatos. Y claro, los anarquistas estaremos ahí, no hay que dudarlo.