Entrevista del Grupo de Acción Social (GAS) al sindicato de base CNT-Sevilla, en relación a los conflictos en los que se ha involucrado la CNT durante estos últimos meses (Pablo de Olavide, Aguas de Sevilla, Starbucks, SGAE, Carrefour y Mercadona), la visión del sindicato en relación a la situación sindical en Andalucía y la filosofía en sí del sindicato (cimientos teóricos y prácticos).
GAS- ¿Qué entendéis por sindicalismo de base?
CNT- Por sindicalismo de base entendemos aquel en el que son los afiliados los que tienen el control del aparato sindical, y no un reducido número de expertos, líderes carismáticos o liberados. Un sindicalismo con una estructura horizontal.
Nosotros preferimos de todos modos autodenominarnos anarcosindicalistas, esto es, trabajadores que se organizan sindicalmente inspirándose en principios anarquistas. Esto se traduce en un modelo sindical distinto, que no vive de subvenciones estatales y donde todo se decide en las asambleas.
Siguiendo estos principios nuestra implantación en la empresa se hace mediante Secciones Sindicales. En lugar de delegar en un Comité de Empresa o Delegado de Personal que en la mayoría de las ocasiones traicionan a quienes representan y a la larga promueven el pasotismo, en CNT preferimos crear una sección que funciona horizontalmente y con cargos no remunerados, que sólo pueden defender lo que sus afiliados han decidido en asamblea y son revocables en todo momento.
Se trata de un modelo sindical distinto, pero los trabajadores que se acercan a nosotros lo acaban entendiendo: descubren que una sección sindical de CNT bien organizada es mucho más efectiva para defendernos de la patronal y conquistar mejoras laborales que cualquier Comité.
GAS- ¿Cuáles son los conflictos en los que estáis implicadxs en la provincia?
CNT- Explicar todos los conflictos en los que estamos implicadxs sería muy largo. Los más significativos en este momento son la huelga indefinida del personal de mantenimiento de la Universidad Pablo de Olavide, afiliado en su totalidad a la CNT, y el conflicto en la cadena de tiendas Agua de Sevilla, que parece estar en vías de solución. Para nosotros también es muy importante en la actualidad la lucha contra el acoso de nuestros compañeros en Carrefour y Mercadona y de nuestra delegada en el Ayuntamiento de San Juan, caso que se ha ligado con la lucha contra las expropiaciones de viviendas por el PGOU.
GAS- Además de ser una herramienta para lxs trabajadores, ¿qué otras funciones consideráis que debe de tener un sindicato?
CNT- CNT es ante todo un sindicato, y por tanto su campo de actuación preferente es el mundo del trabajo. Pero CNT es más que un sindicato. Cuando una persona viene a CNT también se educa, nos educamos todos. Nos referimos a que la experiencia de lucha nos hace aprender lecciones de solidaridad, apoyo mutuo, democracia directa… en la lucha es donde los trabajadores incorporamos esos principios anarquistas de los que hablamos al principio de la entrevista. Si alguna vez es posible la revolución, una transformación radical de la sociedad, nos gustaría que fuera en base a esos principios libertarios, y la mejor manera de llegar ahí hoy por hoy es a través de la lucha sindical. CNT es una organización revolucionaria, que aspira a cambiar la sociedad radicalmente, desde la raíz, en base a unos principios muy sencillos que son los libertarios.
También hay que añadir que entendemos que la lucha revolucionaria no se acaba en el mundo del trabajo. La lucha está también en nuestra propia casa, en nuestras relaciones de género por ejemplo; está en la calle, con nuestros vecinos. Por eso consideramos importante participar y apoyar iniciativas de otros movimientos no propiamente sindicales (feminismo, antirracismo, vecinales…).
GAS- ¿Cómo analizáis el panorama sindical en Andalucía? ¿Tenéis presencia en el campo y en el sector inmigrante?
CNT- El panorama sindical andaluz está fatal, tremendamente debilitado, como en el conjunto del estado. El análisis que hacemos es que el modelo sindical implementado en la reforma política del franquismo, lo que han llamado transición, ha sido nefasto para los intereses de nuestra clase. Se ha favorecido el desentendimiento de los trabajadores de los asuntos que nos afectan, se han vaciado conscientemente los sindicatos, se ha hecho todo lo posible por liquidar lo que había de cultura obrera participativa y solidaria y en su lugar se ha instalado el delegacionismo y el corporativismo. Así tenemos el panorama actual, donde un porcentaje muy pequeño de los trabajadores está sindicado, donde las organizaciones sindicales mal llamadas mayoritarias son estructuras vacías, que han perdido cualquier independencia, han asumido el discurso del capital y están dirigidas por profesionales desligados del mundo del trabajo.
En ese proceso le cabe una responsabilidad muy grande a los dirigentes de CCOO y UGT, pero también a quienes preveían las consecuencias que traería ese sistema sindical y por posibilismo se sumaron a él pensando que podrían transformarlo desde dentro. Apostaron a la vía que parecía más sencilla, pero se ha demostrado un callejón sin salida, ha llevado al movimiento obrero al estado casi agónico en el que se encuentra.
Hay que construir una alternativa a ese modelo que se ha demostrado inoperante para hacer avanzar nuestros intereses. Pensamos que se puede revitalizar el sindicalismo, y que para ello es preciso levantar auténticas organizaciones obreras, donde sean sus integrantes quienes lleven el timón, sin injerencias de ningún tipo, con total independencia, con la solidaridad como principal fuerza.
En algunos sectores, como el Transporte, ya se están produciendo algunos avances en este terreno, pero todavía estamos muy lejos de un movimiento obrero fuerte en Andalucía.
En relación a la segunda pregunta, en algunas localidades (Pedrera, Lebrija, El Arahal…) tenemos presencia en el campo, pero aún nos queda mucho por recorrer ahí. A pesar de la importancia histórica de nuestro sindicato en el medio rural, hoy es una organización principalmente urbana.
Respecto a la población inmigrante, ésa es otra asignatura pendiente. Cada vez se acercan a nuestros medios más trabajadores de otros países, con problemáticas específicas, en estos momentos nos estamos preparando para poder asesorarles y propiciar su auto-organización dentro del sindicato.
GAS-Ante lo sucedido con la SGAE ¿Cuál pensáis que es la mejor estrategia para que retiren la denuncia?
CNT- Nosotros es que somos muy pesados. Cuando nos ponemos con algo no paramos. Y está claro que la SGAE le va a salir más caro denunciarnos que no hacerlo. Es una institución tremendamente impopular que está sufriendo las consecuencias de enfrentarse a CNT. De todos modos, tenemos preocupaciones mucho más serias que una multa de 9.000 euros. Hay muchos frentes abiertos.
GAS- ¿Qué análisis hacéis de la Unión Europea y cómo afecta ésta a lxs trabajadores? ¿Qué relación tiene con el intento de implantación de las 65 horas obligatorias?
CNT- Desde el principio se ha sabido que la UE es un proyecto neoliberal. Se trata de construir una entidad para competir con la hegemonía estadounidense, pero paradójicamente, a la imagen de EEUU. Si ya la política en manos de un estado está lejos del control popular, cuando hablamos de entidades supraestatales como la UE la cosa empeora. Ahora proponen flexibilizar el trabajo semanal hasta las 65 horas, lo que supone un retroceso histórico. Mañana pretenderán imponernos otras medidas que favorezcan a las clases dominantes. A nosotros, los trabajadores, sólo nos queda ir fortaleciendo la organización obrera. Y si lo que queremos mañana es un mundo donde no ocurran esas cosas, esa organización tiene que ser horizontal, o se seguirán produciendo esos abusos. Se trata, como dirían los abuelos, de construir una nueva sociedad dentro del cascarón de la vieja.
GAS- Finalmente ¿Qué pasó con el conflicto con la empresa Starbucks?
CNT- La lucha contra las políticas laborales de Starbucks, como no podía ser de otra manera, sigue adelante. Como ya sabéis el Día de Acción Global del 5 de julio fue un éxito. Hubo acciones de protesta frente a unas 300 cafeterías, en 80 ciudades de más de 20 países. Las consecuencias no han tardado en aparecer y muchos trabajadores de Starbucks han acudido a los sindicatos de CNT a informarse sobre sus derechos y están valorando la posibilidad de organizarse. La última noticia es que seguramente Cole, del sindicato IWW de Estados Unidos, consiga la readmisión.
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