Entrevista a la Asamblea de los Educadores Ambientales de la Comunidad de Madrid

Tras casi quince años de educación ambiental pública y de calidad en los
once centros existentes en la Red de Centros de educación ambiental de
la Consejería de Medio Ambiente, Vivienda y Ordenación del Territorio de
la Comunidad de Madrid,  continúa el
desmantelamiento con el recorte severo de presupuestos y sueldos en el
mes de julio y el despido, en octubre, del 50% de los trabajadores de
cinco de los once centros existentes, al sufrir las empresas
adjudicatarias de los contratos un recorte del 50%. Hablan los compañer@s:

 ¿Cuál es la situación actual de los centros de educación ambiental gestionados desde la Comunidad de Madrid?
 La Comunidad de Madrid acaba de firmar una estocada de muerte a la
educación ambiental transformadora en los centros de la Red; este es el
principio del fin de la educación ambiental más puntera o avanzada y que
tuviera como cometido transformar las estructuras (sociales, políticas,
económicas), y, sobretodo, los valores (humanos, educativos). Entramos
en una era en la que la educación ambiental va a ser, para la Comunidad
de Madrid, un mero escaparate cosmético y una forma de justificar su
interés por la cuestión ambiental, un escaparate sin apenas trastienda
ni trasfondo. Atender grupos escolares y visitantes de fin de semana,
eso es hacia lo que va, hacia lo mismo que se hacía cuando se empezó con
esto hace veinte años.
 ¿En qué han consistido los recortes y cómo han afectado a los trabajadores y a los programas educativos?
Los cinco centros que estaban en prórroga (Águila, Arboreto Luis
Ceballos, Campillo, Manzanares y Polvoranca) acaban de sufrir, desde
primeros de octubre, recortes en sus presupuestos del 50%, lo que ha
significado, hasta el momento, el despido de 14 trabajadores, y en la
práctica, el desmantelamiento de los programas realmente transformadores
que existían en muchos de ellos: Programa Hogares Verdes (de la que los
centros madrileños eran referentes nacional), promoción de la
agroecología y la horticultura, impulso del voluntariado y la
participación ambiental, fomento del consumo responsable, la movilidad
sostenible, el compostaje doméstico, la protección de especies animales
(Proyecto Sapo), vegetales y ecosistemas (Proyecto Ríos), etc.
La oferta educativa de estos centros sufre así un severo y grave
retroceso, desde programas complejos que contemplaban la dimensión
ecológica, social y territorial, hacia las simples actividades puntuales
como la atención a grupos escolares y la información al público de fin
de semana, que permiten, eso sí, que la administración mantenga números
(visitantes), ofrezca imagen e intente maquillar su mala gestión. Estos
centros saldrán a concurso, si hay dinero -circunstancia aún dudosa- en
diciembre, y con la clara consigna de que se asignaran al «peor postor»,
es decir, a la empresa que menos dinero oferte por prestar el servicio.
Una degradación en toda regla de lo que hasta ahora era la educación
ambiental, donde los criterios educativos o técnicos pesaban un 60-70%
en la oferta y los criterios económicos (las bajas) sólo lo hacían un
20-30%. Pues bien, a partir de ahora, en los pliegos de condiciones, lo
económico pesará un 70% y lo educativo sólo un 30%. De la mano del Jefe
de Área, Alberto Alonso Rodríguez (un puesto «a dedo» o de libre
designación colocado en 2005, donde antes había un puesto técnico), el
ultra-liberalismo ha desembarcado totalmente en la educación ambiental
pública. Si el sector se caracterizaba por unos salarios para los
educadores escasos (850-1000 euros), trabajando fines de semana y
festivos, con esta política se asegura la absoluta precariedad e
indefesión de los futuros educadores. ¡¡Se acabó, incluso, el tan
anhelado por muchos mileurismo!! Retrocedemos los educadores, sobreviven
los burócratas.
El resto de centros, otros seis (Hayedo, Caserío, BosqueSur,
Fuenfría, Cuadrón y Rascafría), parece que dispondrán de los
presupuestos hasta que salgan a concurso a lo largo de 2012 y además,
varios de ellos (Fuenfría, Cuadrón y Puente del Perdón) firmaron en
Julio expedientes de regulación de empleo (ERE) para reducir en un 15%
el empleo y sueldo de los trabajadores. Además, desde marzo comenzaron
los recortes en los presupuestos, en ese caso a las partidas de
materiales, en la mayoría de los centros. En resumen, que ya no se
dispone, en ningún caso, de los presupuestos iniciales.
¿Qué papel podría haber desempeñado el Servicio de educación ambiental?
Esta es sin duda una de las principales razones del actual estado
de cosas. Unos técnicos (funcionarios) acomodados, dirigidos (¿?) por un
Jefe de Área que ha actuado desde el principio como un burócrata,
entendiendo como tal, a aquel puesto de responsabilidad que ni muestra
interés real por la tarea (la propia educación ambiental) ni por los
propios subordinados, en este caso, los educadores-trabajadores, el
escalón más frágil de todo este farragoso engranaje administrativo: jefe
de área, funcionarios, empresas contratistas y educadores-trabajadores.
Un Servicio desnortado que cuando llegan los recortes los aplica, ¡¡qué
original!! hacia abajo, hacia los trabajadores/educadores. Quien no
sabe hacia donde va, cree que avanza aunque de vueltas o incluso
retroceda. 
¿Podríais poner algunos ejemplos de esta mala gestión?
– Ausencia de liderazgo y de rumbo. El Jefe de Área decide desde el
principio no acudir a las reuniones de coordinación mensuales donde
tanto coordinadores de los equipos educativos como técnicos-funcionarios
del Servicio intentan organizar y coordinar las intervenciones
educativas de la Red. Además, el Jefe de Área, se desentiende de los
trabajadores antiguos cuando hay un cambio de empresa (CEA El Águila,
enero 2007. CEA El Cuadrón, enero 2011) mientras que el anterior
responsable velaba para que hubiera contactos y subrogación tácita entre
los trabajadores antiguos y las nuevas empresas contratistas del
servicio. El Jefe de Área deja paralizada la Estrategia de Educación
Ambiental que se había estado trabajando durante 2002-2004. Decide así
que la EA de la propia Comunidad sea una herramienta sin rumbo ni
horizonte.
– Descoordinación interna. En mayo de 2011 cortan, sin previo
aviso, el correo electrónico institucional a más de 40
trabajadores/educadores, su herramienta de trabajo. Eso, si no fue algo
aún peor: una represalia de antemano por parte del Jefe de Área para
crear un clima de miedo en el que ningún trabajador se fuera de la
lengua de los recortes que se avecinaban y que por entonces ya se habían
comunicado a las empresas contratistas y estas a los trabajadores.
– Mala coordinación externa para resolver los problemas ambientales
existentes en las áreas de influencia de los Centros. En la mayoría de
los centros donde para abordar problemáticas ambientales (por ejemplo,
generación de residuos y necesidad de implantar recogida selectiva),
tanto el Jefe de Área como los funcionarios del Servicio han sido
incapaces de coordinarse o tejer alianzas para abordarlos, adoptando
papeles de meros observadores o comparsas. No han sabido liderar,
impulsar, seducir a otros departamentos de la Comunidad de Madrid y
persuadirles, no saben crear clima educativo, no han sabido trabajar en
red o tejer alianzas…
– Ausencia de un Plan de Comunicación y, por consiguiente, de relevancia mediática o social.
– Ausencia de relevancia educativa. Lógicamente, con un «simple ir
tirando» o «viviendo de las rentas» no se teje una Red. La inmensa
mayoría de los programas educativos nacen de los equipos educativos, y
sobre todo, los de mayor relevancia o calado socio-ambiental. Se
pregunta uno qué valor añadido, qué plus aportan los técnicos o
funcionarios cuando carecen de experiencia educativa y tampoco son,
precisamente, especialistas en cuestiones ambientales. En la mayoría de
los casos su papel es de una mera supervisión y control de los equipos
educativos. Mientras algunos centros reciben invitaciones casi mensuales
para contar sus experiencias educativas, tanto dentro como fuera de
Madrid, el Servicio no es referente educativo y está ausente de los
foros de educación ambiental a nivel autonómico.  
¿Qué puede esperarse para el presente y futuro?
Con el actual Jefe de Área y el equipo de funcionarios actual, se
puede esperar poco, les falta cualificación, voluntad y espíritu; así,
la EA impulsada por la Comunidad va a ir muriendo poco a poco, pues
seguirá perdiendo relevancia política y presupuestaria.
Si lo liderara un puesto técnico
con solvencia y legitimidad educativa (una persona realmente preparada y
con tablas en las lides educativas), más un serio reciclaje profesional
de los técnicos-funcionarios del Servicio, entonces podría despegarse
hacia otros escenarios menos oscuros. Lo primero que tiene que hacer una
institución que se dice educativa es funcionar con criterios, maneras y
valores educativos y eso, por desgracia, aun no se ha dado en esta
administración. Siempre se está a tiempo de cambiar, lo decía siempre
Freire, el gran pedagogo, pero hay que querer hacerlo: «cambiar es (muy)
difícil, pero es posible».
Asamblea de educadores ambientales afectados por los recortes de la Comunidad de Madrid
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