Enseñanza concertada, desempleo, mercantilización y otras chicas del montón

Con 4.612.700 de desempleados/as (20,05%) sufrimos un bombardeo
“informativo” sobre medidas, contrapropuestas, críticas a las
medidas y críticas a las contrapropuestas elaboradas por unos y por
otros con el fin de afrontar esa sangrante cantidad de parados/as.

Las propuestas oficiales, es decir, las
neoliberales1, siempre van en la misma línea: flexibilización del
mercado laboral, con el consiguiente abaratamiento del despido,
privatización de todos los servicios (esenciales o no), convirtiendo
al mercado en regulador esencial de toda la actividad productiva y,
por tanto, social, etc.    

 

Volvemos al centro del
problema planteado: queremos señalar que si analizamos los datos de
desempleo desde el año 1976 hasta la actualidad encontramos una
evolución nada positiva. Durante todo este tiempo los economistas
neoliberales han señalado multitud de problemas en la economía
española y, gobierno tras gobierno se han aplicado muchas de las
soluciones que esos “expertos” proponían.  Como resultado
encontramos la siguiente evolución de la tasa de desempleo:

  • 1976
    — 3er trimestre — 04,40%
  • 1980 — 2º trimestre  — 11,10%
  • 1985
    — 2º trimestre  — 21,70%
  • 1990 — 2º trimestre — 16,26%
  • 1995
    — 2º trimestre — 22,70%
  • 2000 — 2º trimestre — 13,74%
  • 2005
    — 2º trimestre — 09,33%
  • 2010 — 1er trimestre — 20,05%

 

Como
se puede comprobar el objetivo de acabar con el desempleo no se ha
logrado en absoluto. Las sucesivas reformas laborales tras la
aprobación del Estatuto de los trabajadores en el año 1980 no han
conseguido terminar con el paro, aunque sí ha logrado la voceada
“flexibilización” del mercado laboral en sus distintas
acometidas en los años 1984, 1994, 1997, 2001 y 2006.

Ahora llega una nueva
reforma laboral y sabemos quién paga los platos rotos cuando llega
una de las crisis económicas cíclicas del capitalismo: los
trabajadores/as. Los beneficios empresariales, es decir, las
plusvalías, son sagradas, son un tabú más fuerte que el incesto.

La nueva reforma laboral
no puede cambiar nada porque es una solución coyuntural a un
problema estructural. Pero sí que hay alguien que sale beneficiado,
el empresario.

Si realmente se quisiera
de verdad el tan cacareado cambio en el modelo productivo, se
tomarían otras medidas. Por ejemplo, se tomarían medidas para
repartir el empleo. Un ejemplo en el campo de la educación sería
terminar con la enseñanza privada concertada. ¿Qué se conseguiría
con esto?  Se conseguiría crear muchísimo más empleo porque
un profesor de Geografía e Historia (en 3º de ESO, por ejemplo) que
en la enseñanza pública tiene bajo su responsabilidad a 6 grupos,
en la enseñanza concertada tendría 8. Si cada grupo tuviera 25
alumnos, el profesor de la enseñanza concertada tendría 50 alumnos
más. En este caso tres profesores de la concertada equivalen a
cuatro profesores de la pública. Para otras materias y niveles
habría que echar muchas cuentas. Eso sí la conclusión es clara y
contundente: la transformación de la enseñanza concertada en
pública supondría la creación de miles de puestos de trabajo,
además de mejorar considerablemente las condiciones de trabajo de
los empleados de la concertada. Y por no hablar de la mejoría del
proceso enseñanza-aprendizaje al tener cada trabajador un número
algo menos abusivo de alumnos.
Pero claro alguno/a puede pensar
que eso costaría mucho dinero. Como todo, esto es una cuestión de
prioridades: miles de millones se podrían conseguir si se
suprimiesen las subvenciones directas e indirectas a la Iglesia
católica y a los sindicatos. Seguramente sobraría dinero. Tanto la
Iglesia como los sindicatos podrían y deberían autogestionarse con
cuotas de socios o de la forma que ellos vieran oportuna.

Eso sí que sería un
paso hacia un nuevo modelo productivo que revalorizaría los niveles
actualmente obligatorios de enseñanza frente a los constantes
recortes que estamos viviendo y que profundizan la mierdización de
la educación actual.

Recuperar como bien
público la enseñanza concertada sería un primer paso inteligente,
autogestionarla una necesidad para avanzar sobre los principios de
responsabilidad, implicación y autonomía en la gestión de los
proyectos.

¡Por la recuperación de lo privatizado,
hacia la autogestión!

http//:ensemad.cnt.es

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