- Antes de las últimas reformas de gobierno ya había razones para la Huelga General. Hay que ir hacia una movilización constante.
- Desde CNT Teruel secundaremos y apoyaremos el paro de
protesta en el sector público del día 8 a pesar de que la consideremos
insuficiente. - Nos parece errónea la medida de movilizar sólo al sector público, el resto de trabajador@s también se verán afectados por estas medidas y ya se han visto afectadas por otras.
- Hay que trabajar menos para trabajar tod@s, hay que reducir el
nivel de vida y las necesidades superfluas, autogestionar las empresas
en quiebra. Los responsables de la crisis económica deben ser quienes la paguen. - L@s trabajador@s debemos superar nuestra crisis, desde el sofá no se va a arreglar nada y hay que sustituir el modelo de representación y que vuelvan las asamblea soberanas.
Ya había razones para ir a la Huelga General
Antes de las últimas medidas del gobierno del PSOE ya había razones
para convocar una Huelga General y una movilización seria y constante
ya que el déficit ha sido provocado no por el aumento del gasto social
sino por la disminución de los ingresos, debido a la estrategia
permanente de reducir impuestos a l@s más ric@s.
Zapatero suprimió el impuesto de Patrimonio; redujo en dos ocasiones
el impuesto de Sociedades a las empresas; ha modificado la Ley del IRPF
para hacerla más regresiva e injusta; aprobó el conocido como
“aguinaldo de los banqueros” para que paguen menos por sus plusvalías;
permite que l@s poseedor@s de las grandes fortunas tengan sus fondos en
los SICAV que tributan sólo al 1 %; consiente que empresari@s defrauden
cada año a Hacienda miles de millones de euros; ha puesto a disposición
de los Bancos casi 200.000 millones de euros mediante la compra de
activos tóxicos, avales, FROB (CCM, CajaSur…), sube el IVA y aplica
medidas no progresivas (los 400 euros, cheque bebé…)
Pero no hay que caer en las salidas individuales o corporativas y en
repetir estereotipos creados por la ideología neoliberal. La culpa de
la crisis no es de que haya trabajador@s con más seguridad que el resto.
Sabemos que coincidimos con mucha gente pero no hemos visto llenarse
nuestros locales últimamente y tenemos la certeza de que criticando
desde el sofá no se llega a ningún lado. Desde CNT no podemos convocar
una movilización de la magnitud que requiere la situación, y además
pensamos que a pesar de las cúpulas serviles de CCOO y UGT aun quedan
en dichas organizaciones trabajador@s honrad@s y con conciencia de
clase. De cualquier forma en las próximas semanas intentaremos confluir
con otr@s trabajador@s, precari@s, jubilad@s, parad@s, estudiant@s y
excluid@s en una asamblea que afronte la crisis desde el ámbito local.
Una asamblea soberana, donde las organizaciones den soporte y un paso
atrás y sean las personas que la conforman quienes decidan y se
responsabilicen de las movilizaciones.
¿Por qué apoyamos el paro de protesta del 8 de junio?
Un jornada de paro y sólo en el sector público es insuficiente pero
no apoyarla supondría retroceder en la dinámica de conflicto que tiene
que sucederse en los próximos meses. Hay que provocar las condiciones
para aumentar la tensión del conflicto, para ir a la Huelga General y a
por una movilización constante. Recordemos que estas medidas afectan a
funcionari@s pero también a jubilad@s y pensionistas, y que muchos
convenios colectivos de la empresa privada usan de referencia las
condiciones del personal público. Piensa una cosa: si l@s burócratas de
CCOO y UGT hubieran levantado hace tiempo los resortes de la
movilización ¿no podríamos habernos ahorrado las últimas medidas del
PSOE? Es urgente comenzar una dinámica de confrontación. Es urgente
hacerlo ya.
Porque ésta última agresión es el comienzo de lo que nos espera: un
endurecimiento del proceso de ajuste que la clase trabajadora venía que
ya padeciendo desde hace años, como lo prueba la reducción de la
participación de l@s trabajador@s en el pastel total (PIB), sólo que
esta vez se ha pasado de formas menos explícitas a la brutal vía
fondomonetarista. Todo ello provocará la generalización de la
precariedad vital incluso para aquell@s trabajador@s que de algún modo
la habían podido esquivar hasta el momento, al menos de forma parcial.
No puede ser que un partido que se diga socialista y obrero haga
estas cosas, y esto le tiene que pasar factura. Tampoco puede ser que
estos sindicatos orgánicos acepten reforma tras reforma, por lo que se
torna imprescindible participar en la generación de un movimiento de
descontento que cuestione la representatividad de estas entidades no ya
respecto a l@s trabajador@s en general, sino también incluso respecto a
sus propi@s afiliad@s, entre cuyas filas se extiende la decepción.
¿Como es posible que organizaciones que no cuentan ni con el 10% de
afiliación total firmen contrarreformas salvajes contra nosotr@s
mism@s? Los procesos de toma de decisiones importantes, que nos afectan
como trabajador@s, están secuestrados por las elites burocráticas, y
esto se tiene que acabar. En su lugar, hay que apostar por un
sindicalismo de clase que promueva las asambleas de trabajador@s como
medio para decidir sobre nuestros destinos.
Metas para impulsar la movilización
En los EREs o cierres de empresas hay que tratar de forzar la
situación para apropiarse directamente de la producción, así como
también plantearse fórmulas de control de la oferta de trabajo, de
forma que l@s empresari@s tengan que recurrir a l@s trabajador@s
organizad@s para acceder a la mano de obra, y no sean las ETT o el
Estado quienes tengan ese control.
Hay que tender a la soberanía alimentaria creando cooperativas de
consumidor@s y productor@s, generando vidas dignas para las gentes que
viven de la tierra y superando el abandono de zonas rurales como la
nuestra, evitando salidas desarrollistas y destructoras.
Pero más que una reforma, es precisa una sustitución del sistema
capitalista porque a esta altura sobran las evidencias de que se trata
de un sistema estructuralmente ineficiente y que, sus gestores, ya sean
del PSOE o del PP no defienden más que los intereses de l@s de siempre.
Por lo tanto, habría que empezar a plantearse las formas para adecuar
la producción y la distribución a las necesidades de la población,
promoviendo además una gestión de todo ello –tanto medios de producción
como el resto de la sociedad- a manos de los propios trabajadores.
¿Sabías qué?
–
Mientras los beneficios de los 5 grandes bancos españoles ha sido de
casi 18000 millones con la reducción del salario de tod@s l@s emplead@s
públicos (funcionari@s, estatutari@s y contratad@s laborales) se va a
ahorrar sólo 3.000 millones, es decir, la sexta parte de esos
beneficios de la banca.
– Medio millón de familias en el Estado español son pobres. Para que
les llegara un 85% del Salario Mínimo Interprofesional, sólo se
necesitarían 2.265 millones de euros, mientras que el Gobierno creó el
FROB, en auxilio de bancos y cajas gastando inicialmente 9.600 millones.
– El importe del eliminado impuesto de patrimonio (1400 millones) es
exactamente el coste de la dependencia en las comunidades autónomas.
– Los 2.000 millones gastados en la campaña de Afghanistán darían para pagar 62.000 profesor@s de la pública.
– Según l@s técnic@s hacendistas del Ministerio de Hacienda (GHESTA)
somos el único país donde los empresarios declaran menos que los
trabajadores, mientras las SICAV (las sociedades de los ricos) tributan
sólo el 1%, un empleado público modesto paga un 15%.
– Por ejemplo, Dolores de Cospedal, cobra 230.000 euros como
política, es decir, como 6 oncólogos o cardiólogos de la pública, pero,
claro su función es más “útil”.
La reforma laboral que queremos
- Reducir la jornada laboral a las 30 horas semanales; suprimir las
horas extra y adelantar la jubilación a los 55 años. Aumentar el
Salario Mínimo hasta los 1200 €. - Supresión de primas y destajos, los pluses se compensarán en horas libres de trabajo.
- Hay que derivar los recursos dirigidos a salvar las empresas en
beneficio de los trabajadores: embargar los bienes industriales de los
empresarios “beneficiarios” del FOGASA y autogestionar las empresas en
quiebra. - Eliminar cualquier plan de rescate al sistema bancario.
- Retirar las subvenciones a partidos políticos, sindicatos,
asociaciones patronales, entidades religiosas y otros parásitos
sociales. Además, suprimir el gasto militar. - Limitación de los beneficios empresariales: parte de ellos serán reinvertidos en una mejora de las condiciones laborales.