LA FOTOMATONA | JENOFONTE
El teólogo TransLiberal José Alfredo María Aznar López esbozó la mejor sonrisa de conejo que le caracteriza y mesó su bigote ausente que le ocultaba las vergüenzas ideológicas, cuando un motorista disfrazado de repartidor de Telepizza le entregó un sobre marrón.
Pensó, a mí con éstas, como si no supiera yo que la esencia del Sistema es la Mierda por un lado, y por el otro, todos los demás. Se echó un nuevo trago de vino porque un rato después iba a conducir, espanzurró las piernas encima de la mesa, se tocó los güevos como cualquier patriota y abrió el sobre sin más: él ya no necesitaba desde hacía tiempo nada vulgar, ni recurrir a los albañales, pues estaba, como le correspondía a su estatus, muy, pero que muy por encima de toda legalidad. Del crimen a la legalidad no hay que pasar a veces ni por la frontera del filo de una navaja de Albacete (hecha en China). Se fijó antes en el remite del sobre, con las iniciales .B., que no supo si corresponderían a Luis Bárcenas o a Louis Buitton, ya que, como el admirado Educador Wert, ya no distinguía entre be alta y be baja, no había necesidad.
El sobre estaba vacío, no olía ni a dinero negro, lo que le congratuló en su regocijo. Sabía, como buen instigador, que Bárcenas era el espía infiltrado del 15M, aupado hasta allí para que La Cosa interesadamente saltara por los aires y, después, volviera todo a la normalidad.