Ayer 20 de enero 2015, termino la tercera reunión dentro del periodo de consultas del ERTE que Comsa quiere aplicar a 303 trabajadores a partir del 31 de enero.
Cabe destacar que no se produjo acercamiento alguno por ninguna de las partes negociadoras: los trabajadores porque no vemos justificación a la medida, que entendemos es de ahorro de costes más que de caída en la producción, confirmando la empresa lo que ya sabíamos, que todas la previsiones que hace basadas en las licitaciones de oferta pública y privada son, en palabras de la empresa muy positivas. Analizando los datos objetivamente, si se sigue esa proyección se tendrá que contratar más personal en lugar de despedirlo. Por la parte empresarial se cierra en banda, aplicará la medida, pasando por encima del valor más importante con el que cuentan, sus trabajadores.
Quizá lo que intentan hacer es lo que ya han hecho en otras ocasiones, despedir a parte de la plantilla para que acaben trabajando para COMSA a través de subcontratas con unas condiciones laborales pésimas, sin cobrar vacaciones, pagas extras, indemnizaciones, en definitiva sin derechos. O quizás lo que quieran es que nos bajemos el sueldo para favorecer la competitividad de la empresa y al año de hacerlo, aplicar un ERTE injustificado.
Desde la sección sindical de CNT vemos que todas las medidas que hemos sufrido los trabajadores, y que desde el sindicato nos hemos opuesto públicamente en las distintas asambleas, únicamente han servido para destruir empleo, abaratar costes, precarizar las condiciones laborales y no conseguir nunca el objetivo al que estaban encaminadas, ya que si fuera así no nos encontraríamos de nuevo en esta situación.
A las 18:00 horas se produjo una concentración en las oficinas centrales de Barcelona con la asistencia de la mayor parte de la plantilla donde se informo del comienzo de la huelga indefinida a nivel nacional a partir del 27 de enero, huelga que los trabajadores decidieron convocar en la asamblea del viernes.
La posición de la sección sindical de CNT es muy clara, las medidas no nos parecen proporcionadas ni suficientemente justificadas y somos conscientes de que la aceptación de las mismas supondrá hipotecar nuestra relación laboral con COMSA. Por ello, al igual que toda la plantilla de Barcelona, no vamos a dejar de luchar contra este atropello, que pretende hacer al señor Miarnau un poco más rico y dejar a los trabajadores en la miseria.