Ex-Secretario General de la CNT | Ilustración de Raulowsky | Extraído del cnt nº 435
Las organizaciones sociales estamos siendo objeto de infiltraciones por parte de los cuerpos policiales del Estado. No es una novedad, ha sido así siempre y seguirá siendo hasta que acabemos con todos los cuerpos represivos. El Estado se excedió al aplicar una ley que sólo se permite cuando se trata de delincuencia organizada, no dudó en vulnerar los derechos humanos de las víctimas con las que el infiltrado tuvo relaciones.
No hay excusas para aplicar esa ley, empezando porque son organizaciones abiertas, no clandestinas y suelen anunciar cada reunión o cada acto que realizan públicamente. El Estado las ha tratado como a la mafia. ¿Dónde han quedado sus derechos a la integridad moral y sus derechos políticos? Estos engaños y manipulaciones son agresiones que pueden tener consecuencias psicológicas, pero las policías infiltradas se han ido de rositas, con su integridad bien protegida, eso sí.
Nos venden la idea de que la policía es el cuerpo encargado de velar por la seguridad de la ciudadanía y nos convencen de su necesidad, nos venden que si nos vamos de vacaciones podemos encontrar nuestra casa ocupada y sentimos la necesidad de pagar por un sistema de seguridad, pero sabemos que su única función es la de vigilar.
Su Ley no significa justicia. Su Ley rescata Bancos y echa a familias de sus casas. Su Ley defiende empresarios explotadores y condena a trabajadoras a penas de cárcel por organizarse, como a nuestras compañeras de CNT Xixón.
Vigilar si nos salimos del redil. Organizarse pone en peligro su estructura de poder y tratan de evitarlo con todos los medios a su alcance. Contando con un sistema judicial nos imponen leyes, incluso con un discurso paternalista, es para defender nuestros derechos, dicen. Pero cada vez que vemos reconocidos algunos derechos en sus leyes, no solo son condicionados y limitados sino que nos niegan veladamente reclamar los que nos faltan porque no están dentro de su marco legal. Su Ley no significa justicia. Su Ley rescata Bancos y echa a familias de sus casas. Su Ley defiende empresarios explotadores y condena a trabajadoras a penas de cárcel por organizarse, como a nuestras compañeras de CNT Xixón.
Topos, montajes policiales, leyes mordaza que ya penalizan hasta protestas pacíficas. Nos quieren con miedo. Para acabar con este sistema criminal, autodefensa, no dejemos esto en sus manos, sólo el pueblo salva al pueblo, lo demás son migajas con un alto coste.
Así, el Estado con sus leyes, jueces y policías encadenan nuestras vidas a servir a un sistema injusto que nos quiere calladitas. Nos aprietan hasta asfixiarnos pero antes del ahogo insuflan ayuditas para que quedemos agradecidas. Como dice la Iglesia, dios aprieta pero no ahoga; y después todos agradecidos de seguir respirando y olvidamos quién nos sigue apretando.
No, todos no lo vemos así. Fuera estados, leyes, mercenarios y religiones. En pie nuestros valores anarquistas. Apoyo mutuo, autogestión, reparto de la riqueza. Fuera las fronteras, abajo la cultura de la represión.
Estos son nuestros valores, no hay mejor aspiración que la libertad para todas.