El CIRE, Centro de Iniciativas para la Reinserción, es una empresa pública que gestiona los talleres de todas las cárceles, también lleva las lavanderías, panaderías, destinos, planes ocupacionales de la Comunidad Europea, ahora también se esta apoderando de los economatos, los trabajos de limpieza de los bosques y últimamente las subvenciones de la Caixa de pensiones, en definitiva es una BESTIA que lo devora todo.
En teoría es una empresa que los beneficios deberían repercutirse en mejoras para los presos, pero el CIRE está formado como una pirámide que esta formada de la siguiente manera:
Hay un presidente, un gerente general, tres directores territoriales que actualmente son Manuel Revuelta, Xavier Losada y Santiago Martínez Cadarso, después hay un jefe de talleres por cárcel, un encargado o dos de la calle por sección y otro encargado y un revisor que son presos. Después hay una serie de personas del exterior que no se sabe muy bien cual es su cometido y por último los presos que trabajan y que tienen que mantener a todas estas personas a parte de los oficinistas, administrativos, etc…
Los presos que son los que producen, suelen cobrar al mes un promedio de 200 €, esto se entiende por todos los sueldos que se tienen que pagar de tanta gente que esta por encima. Es cierto que en la actualidad están cotizando en la Seguridad Social pero si cogen la baja por enfermedad no cobran, tampoco tienen derecho a vacaciones y por supuesto ni tienen pagas extras ni finiquito si los despiden, tampoco les pagan si no tienen trabajo.
Aparte de todo esto, para los empresarios afines a la Generalitat de Catalunya tienen unas ventajas muy jugosas, que los de la competencia no pueden hacer frente. Por ejemplo un empresario que tiene su trabajo en la cárcel, no necesita almacén ni local, sí a este empresario le hacen un pedido de un millón de unidades en un tiempo record no tienen problemas por que se llaman a 100 o 200 presos y se hace el trabajo y si no hay más, de nuevo al patio y punto. Su competidor tendrá que contratar las mismas personas pero con otros sueldos, con otras condiciones que por supuesto le saldrá mucho más caro, esto contando que tenga locales para hacer este trabajo, tampoco nos podemos olvidar que las empresas que trabajan en la cárcel reciben subvenciones, por lo que el negocio es redondo.
Por último es sorprendente que un inmigrante sin papeles en la calle no pueda trabajar pero cuando entra en prisión por que ha tenido que delinquir para sobrevivir aquí le dan de alta en la Seguridad Social, cotiza y lo pueden explotar todos los años que permanezca en prisión. La paradoja es que el día que sale en libertad es de nuevo un “sin papeles “ y de nuevo no puede trabajar en el exterior. Esta es la rehabilitación Catalana, un ejemplo para los que nos encontramos dentro de estos muros.
Amadeu Casellas Ramon C.P. Brians 2