VIERNES, 4 DE ABRIL – 19:00 horas
La Malatesta
c/ Jesus y Maria, 24. Madrid.
La figura de Kropotkin está más vigente que nunca. El luchó dentro y fuera campo científico contra el darwinismo social, en el seno del cual muchos científicos ejemplificaron el odio de las clases acomodadas hacia la clase trabajadora, legitimando con su actividad académica la explotación, la pobreza e incluso la esterilización de los individuos supuestamente “no aptos”, muchos años antes de los nazis.
Hoy que han vuelto con fuerza renovada el fundamentalismo de mercado y el neoliberalismo, generando el desmantelamiento y mercantilización de todo lo público y común, consideramos conveniente recuperar el apoyo mutuo de Kropotkin, las ideas sobre ciencia planificada de JD Bernal o la herencia de grupos como British Society for Social Responsibility in Science (BSSRS) de UK o Scientists and Engineers for Social and Political Action y Science for the People de EEUU, que llegaron a organizar una huelga científica de contenido antimilitarista en 1969.
Como dice Víctor González Barbone, “el científico es hoy un nuevo proletario, más sutilmente manejado pero igualmente presionado por la producción, el despido y la presencia de un ejército profesional de reserva. […] La población no científica, cada vez más alejada de las clases dominantes, comienza a ver en la ciencia, no sin alguna razón, una herramienta más de explotación”.
Hay que recordar que la lucha de clases es más vigente que nunca dentro del campo científico. Para que exista una verdadera ciencia para el pueblo no sólo es necesario dinero público, además hay que acometer de una vez la tarea histórica de analizar, denunciar y cambiar radicalmente las diferentes condiciones de explotación, precariedad e hiperjerarquización que se producen dentro de los laboratorios. Los problemas de la ciencia no se arreglan sólo con dinero, urge un cambio de modelo.
Al igual que la medicina, la educación o el transporte no deberían regirse por criterios de rentabilidad, la ciencia no puede ser mercantilizada hasta el extremo de que se financie únicamente lo que tiene visos de ser rentable a corto plazo o de réditos políticos a nivel mediático. Es más necesario que nunca, insistimos, en que se plantee e imponga un nuevo modelo de ciencia.
Convoca: Ciencia para el pueblo.