De nuestra propia hambre

Desde hace tiempo me pregunto

quién nos hizo la cruz en la espalda

cuándo explotó el gran átomo

o lo que sea que llevemos dentro

si es que el vacío se olvidó de ser cruel

por una vez y nos deshizo lentamente

Nos volvimos locos y cambiamos el chip

la máquina estaba rota y ya no servía

acabamos siendo inmunes al resto

tan solo viviendo en nosotros mismos

porque es lo único que podemos soportar

y aguantamos, tan solo de vez en cuando

si afilamos las palabras y no los dientes

o si raspamos la corteza de tal masacre

En el fondo es un propósito inútil

seguiremos como hasta ahora

sin encontrar explicación a nada

sin dejar de atragantarnos

con nuestra propia hambre

haciéndonos las mismas preguntas

siempre, una y otra vez, día tras día,

paso a paso, poema tras poema

hasta que en algún momento

todo se derrumbe o nada merezca la pena.

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