El pasado martes 10 de octubre tuvo lugar en el Teatro del Barrio de Madrid un acto público sobre la situación actual de la educación pública madrileña.
En dicho acto, organizado por CNT Comarcal Sur-Madrid e inserto dentro de la campaña 18/23 por la reducción de las horas lectivas, participaron los ponentes Daniel Montañez (sociólogo y docente de secundaria), la orientadora psicóloga Alicia del Río y Mario Aragón, educador social y afiliado a nuestro sindicato. Al final de la exposición hubo turno de preguntas.
Madrid no es solo la región que, junto con Galicia, mantiene aún para el curso 2023-2024 con 20 ó 21 horas lectivas en Secundaria y 25 en Primaria e Infantil. El resto de Comunidades Autónomas ya ha conseguido reducir sus jornadas lectivas docentes, lo que nos sitúa a la cola del Estado en este aspecto, sino que adolece de otros problemas graves debido a la política institucional del gobierno ultraliberal de la Comunidad de Madrid.
Sufrimos uno de los sistemas públicos con mayor índice de segregación del alumnado de la OCDE y Europa, tanto en primaria como en secundaria. Segregación que se hace presente a través de numerosas barreras, como puede ser el tan triunfalmente publicitado plan de Escuelas Bilingües ( que a pesar de su más que evidente poca funcionalidad sirve para que muchos directores, más o menos convencidos, puedan cribar el nivel de alumnado y así cumplir con sus funciones de conseguidores de alumnado), la imposibilidad de ofertar personal para atender al alumnado de necesidades especiales por falta de recursos en algunos casos, en otros para evitar alumnado considerado problemático, la falta de recursos y voluntad para atender al alumnado migrante recién llegado, incluso segregación del alumnado en función de la religión escogida, y la guetificación y abandono de los denominados centros de difícil desempeño.
Además de estas políticas de segregación y abandono de la educación pública en favor de la concertada y privada, la Comunidad de Madrid ha eliminado las clases presenciales del Bachillerato nocturno, ha privatizado, tras el aumento de tasas, la gestión de las becas comedor y se niega a ofertar más plazas en la Formación Profesional quedándose numerosas personas en la calle con la única posibilidad de tener que afrontar estos estudios en una institución privada.
Por todo esto es necesaria la organización del personal docente desde una perspectiva de clase para intentar revertir esta ofensiva contra la educación pública, una perspectiva de clase que no solo luche por unas mejores condiciones laborales, sino por un educación pública de calidad para todes, con los recursos y voluntad necesarios para no segregar a nadie.
Organizarse para superar el pesimismo que se arrastra tras las grandes movilizaciones de las mareas. Organizarse el personal docente para encontrarse también con las organizaciones estudiantiles, con el personal no docente, que implique a las familias en toda su diversidad.
