Crónica de los actos del 90 aniversario de los sucesos de Casas Viejas, en la localidad gaditana

Una treintena de militantes de la CNT, desplazados desde distintos puntos de Andalucía (Sevilla, Utrera, Córdoba, Jerez…), y una representación del Secretariado Permanente, desplazada desde Madrid, participamos ayer 14 de Enero en los actos conmemorativos del 90 aniversario de los sucesos de Casas Viejas, en la localidad gaditana.

Hacia las 10,30 de la mañana pudimos visitar la exposición sobre los sucesos que ha elaborado el Ayuntamiento de Benalup – Casas Viejas, y a las 12 h. tuvo lugar un sentido homenaje y ofrenda floral a las víctimas de la masacre, en el monolito de la Alameda.

En el acto se guardó un minuto de silencio por esos veinticinco jornaleros que en Enero de 1933 fueron asesinados por el Estado republicano. Nuestras compañeras del Secretariado Permanente agradecieron al pueblo casaviejeño y a su Ayuntamiento su labor por conservar la memoria, y tuvieron palabras de recuerdo para el profesor Salustiano Gutiérrez (fallecido hace dos años), que tanto trabajó por transmitir la memoria de los sucesos en las nuevas generaciones de la localidad.

A continuación hicimos la Ruta guiada por los Lugares de los Sucesos de 1933, que culminó en el Espacio Conmemorativo, donde se hallaba la choza de Seisdedos. Allí tuvimos la suerte de escuchar a la compañera Rosa Pérez, nieta de María Silva Cruz “La Libertaria”, que nos narró la dolorosa represión que sufrieron sus familiares por ser anarquistas.

Ya en horario nocturno, asistimos a la Recreación histórica itinerante por los Lugares de los Sucesos, un impresionante teatro popular en la que más de cien actores y actrices amateurs escenificaron en las calles del pueblo la feroz masacre a la que fueron sometidos esos campesinos que lucharon por el Comunismo Libertario.

Finalizamos con estas palabras del ebanista gaditano Vicente Ballester Tinoco, escritas en 1933 (en su obra Han pasado los bárbaros. La verdad sobre Casas Viejas):

«Más que un sepulcro donde quedaron depositadas las ansias de libertad, Casas Viejas es hoy un símbolo; es la aurora, una aurora roja que despunta».