La huelga de enseñanzas públicas no universitaria del pasado 25 de marzo contada en 3 capítulos:
Capítulo 1 (en la DAT Sur)
A las 12h. de la mañana del pasado miércoles 25 de marzo se iniciaban las acciones de protesta contralas políticas de privatización en Madrid.
Por ello, cerca de una docena de trabajadoras/es de la enseñanza de CNT-Madrid nos acercamos a una concentración en Leganés frente a la DAT Sur (oficinas de administración y gestión de la enseñanza en la zona sur de Madrid) convocada por los sindicatos oficiales de la enseñanza madrileña.
No destacaba la concentración ni por el número de asistentes ni por la combatividad. Unos 50 ó 60 trabajadores de la enseñanza mantenían una animada charla frente al edificio. Unos pocos militantes de CNT nos metimos en las oficinas de la administración megáfono en mano para denunciar la rapiña que sufre la enseñanza pública madrileña, hasta que después de varios minutos y tras repartir nuestro llamamiento a la movilización, salimos a la calle coreando consignas contra el radicalismo neoliberal de los gobernantes (PP en Madrid y PSOE allí donde le toca).
Llegadas más o menos las 14 h. y con un aburrimiento considerable, los profesores comenzaron a retirarse. Cuando ya sólo quedábamos los militantes de CNT y algún que otro trabajador más, se acercaron cuatro señores demócratas (de la decena que había) vestidos de azul, con pistolas y porras y pidieron identificarse a 5 de los cenetistas. Cuando les pedimos explicaciones nos dijeron que la concentración no había sido legalizada. Asombradas/os les preguntamos que por qué no habían identificado a los demás trabajadores pues la policía llevaba una hora presente en la concentración. La respuesta fue que nosotros llevábamos pancarta y que no habían visto ninguna otra. La escena era kafkiana. Habíamos oído el rumor de que los sindicatos habían realizado una convocatoria de última hora para ir a la Consejería en Madrid, pero los sindicatos a través de sus liberaduchos nos convocaron a estas concentraciones pocas semanas antes. La ruindad sin límites de unos y otros nos había dejado A-LU-CI-NA-DOS. Identificados por las fuerzas del Estado en una presunta concentración organizada pero no legalizada por los sindicatos subvencionados porque llevábamos pancarta.
Capítulo 2 (en la DAT Norte)
Los trabajadores y estudiantes que nos dirijimos a apoyar la concentración convocada en la DAT Norte en S. Sebastian de los Reyes, sin tener conocimiento de la desconvocatoria realizada no sabemos cuándo, nos quedamos sorprendidos. Cerca de una treintena de personas congregadas esperaban confusos la llegada de los liberados sindicales. Y cuál fue su sorpresa cuando vieron que allí no acudía ningún sindicalista. Pasaban los minutos y no se veía que viniesen más trabajadores, ni representantes de ningún sindicato. Por esto empezó a cobrar fuerza un cada vez mayor desconcierto colectivo. Sólo apareció la CNT, a la cual los trabajadores agradecieron la información que les prestamos. Todavía nos dura la sorpresa por saber que las concentraciones se desconvocaron sin avisar a ningún trabajador.
Y es que vivimos y estamos adaptados a una lucha vacía, de votar y olvidarse de todo, de no involucrarse en las decisiones del sindicato sobre su funcionamiento o sobre el seguimiento de los conflictos, a que piensen por nosotros/as, y a esperar que nos sirvan los resultados de las negociaciones en bandeja de plata. Y es que así son los sindicatos actuales, gestoras de conflictos colectivos cuyo fin es domesticar las movilizaciones obreras, mantener la paz social existente entre clases sociales, y seguir conviviendo en este régimen de semilibertad, comodidad individual, y desintegración colectiva.
Capítulo 3 (en la calle Mayor de Madrid)
Durante la tarde del 25 de marzo en la céntrica calle Mayor, miles de personas (35.000 dicen algunos) coreaban consignas contra la privatización de la educación pública en la Comunidad de Madrid. Aun siendo esta huelga, floja en planteamientos y convocada sin consultar a los trabajadores/as es totalmente necesaria, para evitar el desmantelamiento de la enseñanza pública madrileña. Bajo el buen tiempo, multitud de colectivos, politiquillos, asociaciones de padres y madres y sindicatos se agolpaban y marcharon desde la Plaza de la Villa hasta la Puerta del Sol. Entre tanta sopa de letras nos encontrábamos los trabajadores de la enseñanza y los estudiantes de este sindicato, afectados por las políticas liberales consistentes en entregar la educación de la juventud y los niños a la patronal y a la Iglesia para satisfacer sus intereses particulares.
Aunque la manifestación de miles de personas se puede considerar un éxito de participación, la actuación de los sindicatos convocantes ha sido nefasta: desconvocando la manifestación antes de que llegase la totalidad a la Puerta del Sol, y convocando y después desconvocando las concentraciones en las DAT´s; llevando la incertidumbre a los trabajadores congregados en aquellos misteriosos “distintos lugares de la Comunidad de Madrid”.
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