El pasado lunes 30 de junio el Sindicato de Enseñanza e Intervención Social de CNT-AIT Madrid se concentró a las puertas del Arzobispado de Madrid una vez más para reclamar el derecho a apostatar.
Derecho al cual la Iglesia Católica pone trabas y más trabas para que no podamos quitarnos de encima lo que nuestros padres nos impusieron de pequeños gracias a las tradiciones retrógradas de este país. Aunque en un horario bastante malo, una treintena de personas se dieron cita en la madrileña calle Bailén mostrando su repulsa a la falsedad de la Iglesia Católica; institución actualmente elevada sobre los cadáveres de millones de personas; fundada sobre la supuesta tumba del apóstol Pedro, heredera de los dogmas que predicaba un tal Jesús, consolador de miserables, ignorantes y esclavos, la cual se ha convertido, y la historia así lo demuestra, en una forma de mantener sumiso al pueblo con fantasías teológicas absurdas impuestas antes de que el ser humano tenga capacidad de razonamiento. Una institución que a lo largo de su historia ha cometido atrocidades sin límite y ha masacrado a pueblos y culturas en nombre del Creador, ese ser supuestamente benevolente y misericordioso, que sólo refleja el miedo del poder y de la burguesía a no perder sus privilegios, un ser inmaterial que castiga, al que hay que temer si no eres fiel a sus doctrinas.
En el mismo acto, después de corear varias consignas, conversar con la gente de a pie, y de rezar una oración en pos de la liberación de la mujer y por su derecho a decidir libremente sobre su cuerpo, varios/as compañeros/as entregaron la documentación precisa para solicitar la apostasía. Aunque esta vez sí fue aceptado por el vicario general, a los pocos días hemos recibido a través de una carta del Arzobispado, la grata noticia de que la Iglesia otra vez nos pone pegas para no poder realizar la apostasía. Qué decir tiene que los amantes de la razón, hartos ya de pertenecer a instituciones dogmáticas, hartos de tanta fantasía, no se quedarán quietos y actuarán consecuentemente hasta lograr la emancipación de una institución absurda, que, al contrario de lo que predica, sólo pretende la dominación y sumisión del ser humano a través del miedo y la propagación de la divina locura.
CNT de Enseñanza e intervención Social de Madrid
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