Cerca de doscientas personas, entre los que nos encontrabamos militantes de CNT Madrid y vecinos del barrio de Lavapiés, nos concentramos en la plaza del barrio para denunciar la implantación de las 48 cámaras de videovigilancia que ya están siendo instaladas en toda la zona.
La concentración, que comenzó alrededor de la 1 del mediodía, arrancó con el discurso de presentación de nuestro compañero Fredi de Oficios Varios. Acto seguido dio paso a Hector, compañero del Sindicato de Artes Gráficas y vecino de Lavapiés, que denunció la actitud de las asociaciones de vecinos, auto-erigidas portavoces y representantes de los vecinos tanto de Lavapiés como de todo distrito centro. Informó de la reunión mantenida entre estas «asociaciones de vecinos» y el cuerpo de polícía, reunión en la que los miembros de estas organizaciones se quitaron la máscara y mostraron su verdadera cara haciendo apologia del odio, el miedo y la intolerancia con un discurso prácticamente fascista, durante el que no hicieron otra cosa que denunciar al diferente y exigir su persecución. A esta reunión, señaló, no fueron invitados todos los colectivos sino únicamente aquellos «afines» al ayuntamiento, su política y sus cuerpos de seguridad. También puso en evidencia su nula horizontalidad y los impedimentos que ponen para coordinar y dar voz a los vecinos, a las mismas personas que ellos dicen representar. Destacó el caso de la Corrala, la asociación de vecinos de Lavapiés (dirigida por el PSOE), con la que trató de mantener una comunicación para tratar la problemática de la videovigilancia y a lo que le respondieron que ellos «solo se reunen una vez al año para elegir al presidente». ¡Joder con los demócratas!
A continuación cogió la palabra la compañera Manoli, del Sindicato de Oficios Varios y miembro del colectivo de Madres Contra la Droga, que habló de la problemática de los inmigrantes, la falsedad de las políticas de intregación, la discriminación al extranjero y la injusticia del sistema penitenciario. También denunció el cinismo de las instituciones respecto al consumo de drogas y la represión que llevan a cabo. Finalizó recordando la hipocresía de las autoridades y el doble rasero de esta mal llamada jusiticia que impone penas en función de la clase social a la que se pertenece. Mientras a unos les caen años de cárcel (manifestación en respuesta al asesinato del compañero anarquista Alexandros Grigoropulos, la cual acabó con disturbios en la comisaria de la calle Montera) a otros les obligan a no llegar más tarde de las 22:00 a sus casas (el botellón que acabó en disturbios durante las fiestas de Pozuelo).
Por último intervino Goyo, compañero también del SOV de Madrid, que centró su discurso en la demagogia de las instituciones religiosas, en especial la de la Iglesia Católica. Denunció el ataque constante de esta institución hacia todo aquel que discrepe con sus dogmas, así como su hipocresía, su doble moral y su persecución al resto de seres humanos que ejercen su libertad de culto a otras religiones. Actitud intolerante que reproducen fielmente sus acólitos, como ya quedó claro en la reunión de distrito centro mencionada más arriba. Recordó que la clase trabajadora solo ha logrado mejorar sus condiciones de vida cuando ha estado organizada y que los estados y la patronal siempre recurrieron a unos u otros métodos de control para ponerle freno, como es el caso ahora de la videovigilancia. «Cámaras para los bancos, los parlamentos y las sacristías», dijo.
A lo largo de toda la concentración se corearon lemas como «no es tu enemigo, es tu vecino«, «ese que vigila ¿qué mierdas mira?«, «¿que es lo siguiente? cámara en la frente» «Lavapiés no será un estado policial«, «¿quién vigila a la policía?«, «el rico nunca entra (en la cárcel), el pobre nunca sale» o «de aquí o de fuera, la misma clase obrera«.
La concentración se dio por finalizada a las 2 del mediodía. Aunque algunos compañeros permanecieron un tiempo más con los vecinos del colectivo «1984. Un barrio feliz.» que organizaron un taller de carteles y pancartas para denunciar la instalación del sistema de videovigilancia, el cual tuvo una gran acogida.
Desde CNT Madrid valoramos muy positivamente el resultado de esta concentración gracias al apoyo mostrado por los vecinos del barrio. Ésto muestra que en Lavapiés no pasan ni pasarán desapercibidos el control, el despotismo, la violencia y la imposición de unas autoridades y cuerpos de policia que nunca velaron por nuestros intereses ni lo harán, puesto que no fueron creados para ello. Por todo esto, damos las gracias a todos los compañeros y vecinos por su asistencia y participación, lo que nos anima a seguir luchando por un mundo libre e igualitario en el que todos podamos convivir en paz.
La lucha continúa.
¡Lavapiés no será un estado policial!
Contra toda forma de autoridad.
CNT – AIT
Fotos: http://madrid.cnt.es/noticia.php?id=186
Federación Local de Sindicatos de Madrid