Los trabajadores y trabajadoras cordobeses llegamos a este Primero de Mayo de 2017 inmersos en una situación de precariedad, explotación laboral y paro que continúa y no ha dejado de profundizarse desde el inicio de la llamada crisis económica.
Mientras vemos como los beneficios económicos de la banca y las grandes empresas no dejan de recuperarse y desde el gobierno no paran de repetirnos cifras macroeconómicas de crecimiento por encima de la media europea, los salarios no han dejado de perder poder adquisitivo y el desempleo se reduce con cuenta gotas y a costa de trabajos cada vez más precarios.
– Esta situación es especialmente grave en nuestra ciudad, que padece uno de los niveles de desempleo más altos a nivel europeo, y un importante sector de economía sumergida y precaria. Los trabajadores y trabajadoras cordobeses no vemos en el horizonte ningún proyecto de futuro que permita salir del destino que desde el gobierno y las instituciones europeas parecen habernos condenado, la de proveedores de servicios y turismo barato, en competencia con otros destinos en base al recorte de salarios y condiciones laborales.
– Esta situación es especialmente preocupante entre la juventud, obligada a emigrar en busca de trabajo en muchos casos.
– Esta situación es especialmente dura entre las trabajadoras, con aún peores salarios y condiciones de trabajo, obligadas a realizar dobles jornadas en labores de cuidados que siguen recayendo en las mujeres en una sociedad machista y con servicios sociales cada vez más precarios.
Es intolerable que en el marco de los recortes continuos de derechos de los últimos años, desde el gobierno no dejen de retirar millones del fondo de reserva de la Seguridad Social. A la vez no paran de cuestionar la viabilidad del sistema público de pensiones y de fomentar los planes privados, adivinándose próximos recortes en materia de pensiones que se suman a los llevados a cabo en los últimos años, en el mismo sentido de reducir y dificultar el derecho a una pensión digna.
Esta situación se produce en el marco de los recortes de derechos y libertades que no han dejado de llevar a la cárcel y de reprimir económicamente, con multas y sanciones, a quienes luchamos por cambiar esta situación.
Precisamente este primero de mayo queremos que sea un llamamiento a la lucha y a la organización sindical, a la necesidad de recuperar el sindicalismo como herramienta de la clase trabajadora, de poner en valor el sindicato y la pelea en los tajos y centros de trabajo, además de en los barrios y en las calles.
Para quienes nos unimos saliendo a la calle este primero de mayo: trabajadores/as en activo, en precario, parados/as, con ayudas, sin ayudas, jubilados/as, estudiantes,… esta reivindicación del sindicalismo se debe hacer desde un posicionamiento combativo y luchador alejado del sindicalismo
de concertación social, de aceptación de los recortes de derechos y de derrota permanente. Un sindicalismo que no acepte la congelación salarial, que haga propuestas a la ofensiva para la recuperación de derechos, por el trabajo digno y la transformación radical de esta sociedad.
Es nuestra responsabilidad poner en pie una alternativa sindical, desde nuestras distintas formas de acción y organización, en distintos sectores, desde la unidad en la lucha para hacer del sindicalismo de nuevo un factor de transformación social y una herramienta útil para la clase trabajadora.
CGT – CNT – CTA – SAT – USTEA