En 2006, tras los graves incendios forestales que tuvieron lugar en Galicia en 2005, y las críticas recibidas por la administración, la única ocurrencia que tuvo el Gobierno fue la creación de la U.M.E. Este grupo de militares, con instrucción marcial y entrenamiento en el uso de armas, que realizan simulacros de catástrofes naturales, nunca estarán igual de preparados que los cuerpos civiles de intervención en emergencias. En el caso de los incendios forestales, un cuerpo como este no puede hacer frente a la experiencia de los compañeros que trabajamos día a día en la extinción de los fuegos que se producen en cada rincón de nuestros bosques.
A pesar de esto, y pasando por encima de las protestas de los trabajadores del sector, que ya el año pasado desembocaron en huelgas multitudinarias, se crea este cuerpo militar, y se les da cancha en el asunto de los incendios forestales. El Sindicato de Oficios Varios de Salamanca lo tiene claro: no queremos militares trabajando junto a nosotros en tales situaciones. Muchos son los motivos, además de nuestro total rechazo a los cuerpos y fuerzas de seguridad del Estado, que nos llevan a pedir la reintegración de los presupuestos de la U.M.E. en la dotación correspondiente al personal civil de extinción de incendios. Algunos de ellos son:
– Los presupuestos de esta Unidad son exagerados. Con el presupuesto del año anterior, de 280 millones de euros, se podría haber contratado personal de las Cuadrillas de Acción Rápida durante cien años.
– Si la U.M.E. interviene, lo que falla es el preventivo de incendios. Si este falla, hay que solventarlo, y no crear más cuerpos para atajar el problema.
– La creación de la U.M.E. sirve como excusa para evitar que se tengan que cubrir estos trabajos por parte de personal civil.
– La Unidad Militar de Emergencias es una forma enmascarar el papel represivo, colonizador, servidor de los intereses económicos del Estado, que en realidad tiene el ejército.
– La U.M.E. nunca podrá alcanzar la experiencia de los compañeros que llevan años trabajando en el sector y que se han enfrentado a muchas situaciones de alto riesgo, por muchos simulacros que hagan.
Los ejércitos no se emplean para ayudar en tareas humanitarias. Estas tareas, gran parte de las veces se deben realizar por la acción de otros ejércitos, que destruyen territorios enteros y matan a personas desarmadas que han cometido el error de vivir en sus casas. El ejército español no es una excepción, y por eso, si alguien quiere trabajar en la extinción de incendios forestales, entendemos que debe hacerlo fuera de la disciplina militar. Para la lucha contra estas catástrofes queremos tener a nuestro lado a personas, no a robots que solamente obedecen a la voz de mando de sus superiores, que no son capaces de pensar por si mismos. Queremos gente que no esté sometida a la represión del ejército.
Para que no ocurran cosas como las que sucedieron en Galicia en el verano de 2005, los trabajadores del sector forestal debemos hacer piña y enfrentarnos a la situación desde la organización en nuestros tajos. Debemos tomar conciencia de que si no somos nosotros los que logremos arrancar las mejoras en nuestro sector, nadie nos las va a regalar. Estas mejoras las debemos plantear nosotros mismos, ya que somos nosotros los que estamos día a día en el monte, los que sabemos a que nos enfrentamos.
POR LA ESTABILIDAD EN EL SECTOR FORESTAL, ORGANÍZATE Y LUCHA
Sindicato de Oficios Varios de Salamanca
