El sábado 27 de febrero, entre un viento que podría ser una metáfora de la situación por la que pasa la clase obrera, la CNT en Tenerife ha llevado a cabo una concentración frente a la Delegación de Gobierno como protesta ante la reforma laboral que se está fraguando a espaldas de los trabajadores, con el beneplácito de la clase política y unos sindicatos oficialistas que, con su último acuerdo con la patronal sobre el marco en que se regirán las negociaciones de los convenios colectivos, han demostrado hasta donde son capaces de llegar.
Así, entre bambalinas de una supuesta campaña de protesta contra la reforma del sistema de pensiones, CCOO y UGT han aceptado un crecimiento de los salarios para los próximos 3 años de sólo 1% (eso y cuando, la empresa pueda “soportar” esa subida, pues si no, no pasa nada) que puesto en su contexto de años continuados de crecimiento de los salarios muy por debajo del verdadero crecimiento de la carestía de la vida, supone una reafirmación de la precarización de la clase obrera, al tiempo que las subidas en el IRPF y en los impuestos indirectos (aquellos que pagamos cada vez que compramos un producto o servicio) supone que en los próximos 3 años, la clase obrera, los trabajadores y trabajadoras de este país, verá como sus salarios cada vez tendrá un menor poder adquisitivo al mismo tiempo que asistimos a como las rentas del capital, día tras día, han sido premiadas con desgravaciones fiscales; de esta manera, los salarios pagan más impuestos y los capitalistas obtienen mayores beneficios.
Pero ahí no terminan las verdaderas “medidas sociales” que están aprobando CCOO y UGT, pues de hecho ya han aceptado una reducción de las indemnizaciones por despido (en estos momentos, sólo se está negociando hasta qué nivel se van a reducir las mismas) con la peregrina excusa de que eso posibilitará una mayor estabilidad en el empleo al hacer indefinidos más contratos; poco se puede decir ante esta lógico orweliana, salvo sólo indicar que si la patronal fue capaz de mandar al paro, en el actual marco de relaciones laborales, a más de 4 millones de españoles, ¿qué no será capaz de hacer cuando el despido se abarate como llevan años propugnando? Falsa estabilidad es la que propugnan tanto UGT como CCOO, doblemente beneficiadas por estas medidas pues, por un lado han recibido mayores subvenciones públicas para mantener unos supuestos cursos de formación y «compensar» la reducción de afiliación por los despidos, y por otro lado, los mismos sindicatos pueden poner en práctica despidos más baratos pues no hay que olvidar que estos sindicatos son empresas en sí mismos, con sus propios convenios colectivos, y que también despiden a sus trabajadores (como ejemplo, los más de 150 despidos realizados por UGT en FUNDESCAN al malversar en más de 8 millones de euros los fondos recibidos como subvenciones para llevar a cabo cursos de formación y mantener la red de casas de acogida de mujeres maltratadas en Tenerife).
No nos dejemos engañar con debates bastardos; las movilizaciones contra el supuesto pensionazo sólo son la cortina de humo para ocultar la verdadera reforma laboral que están a punto de firmar al margen de los intereses de la clase obrera.