Desde del SOV de CNT Barcelona queremos dar todo el soporte y solidaridad a las compas desalojadas hace poco más de 15 días del C/ Pont de San Andreu queremos dar todo el apoyo y solidaridad a las compañeras desalojadas hace poco más de 15 días de la C / Puente de San Andrés. Vemos en este caso un claro ejemplo de la hipocresía creciente del Ayuntamiento de Barcelona que, incapaz de hacer frente al capital en forma de turismo, decide aliarse con él y expulsar las vecinas en pro de proyectos cuya finalidad, aunque no del todo clara, apunta hacia un nuevo centro gentrificador. Este desalojo no es más que uno de los resultados de las políticas clasistas y pactistas de la administración Colau, con el beneplácito del resto de grupos del consistorio. Es por eso que vemos importante que no caigan en el olvido todas y cada una de las decisiones del ejecutivo en contra de la clase trabajadora y las compañeras que, día a día, hacemos frente a las agresiones del sistema, vengan de parte del patrón o de parte de las instituciones burguesas. A continuación, os dejamos el comunicado íntegro que escribieron las vecinas de la C / Puente de San Andrés:
«El más hipócrita de nuestros enemigos»
Comunicado a posteriori del desalojo de las okupantes de las casas del carrer del pont 2-4.
Como es sabido el pasado miércoles 11 de enero fuimos desalojadas las últimas okupantes de las casas del carrer del pont nº2 y nº4 en el barrio de Sant Andreu, Barcelona. Tras un año y medio de okupación, recibimos la semana pasada la notificación final de que teníamos que abandonar nuestra casa “de forma inmediata”. Esta no fue ni mucho menos la primera notificación que habíamos recibido, éramos plenamente conscientes de que nos encontrábamos desde hacía meses en un proceso de desalojo irreversible.
Nosotras, por nuestra parte, ya habíamos sacado la mayor parte de nuestras pertenencias y llevábamos tiempo preparándonos para este momento. Reforzamos ambas casas para intentar presentar una resistencia lo más digna posible a esta agresión por parte de las fuerzas del estado. Desgraciadamente, hoy en día este tipo de acciones perpetradas por el poder están completamente normalizadas en el imaginario colectivo. Teníamos claro que no queríamos arrastrarnos por esta lógica.
Finalmente vinieron las furgonetas de antidisturbios de los UPAS acompañadas por Vicente Orquín, cap del serveis juridics del districte de sant andreu. Entraron simultáneamente en los dos edificios y tras unas horas lograron acceder al tejado, lugar en el que se ubicaban las últimas tres personas que resistían. Desde ahí y durante todo el proceso se tiraron cohetes y bengalas. Paralelamente, una pequeña concentración de unas 30 personas daba ánimos desde la calle a las desalojadas.
Queremos remarcar la importancia de no abandonar nuestras casas ante los procesos de desalojo y presentar resistencia en la medida de las posibilidades de cada una. De nuestra generación y nuestras acciones dependerá que el movimiento por la okupación no avance hacia un paradigma de institucionalización y aniquilamiento similar al de varios países europeos o peor: simplemente desaparezca.
Para bien o para mal y por más que les pese a partidos institucionales de izquierdas que luchan por el restablecimiento del estado del bienestar y por el sostenimiento de un capitalismo más edulcorado, el estado español no tardará en volver a caer preso de una nueva burbuja de activos extranjeros que vivimos actualmente, la economía no perdona, y este nuevo ciclo de pequeña bonanza económica tras la crisis no tardará en llegar nuevamente a su fin.
Así pues, la miseria y la precariedad nunca dejarán de asediarnos a las clases trabajadoras, y los esfuerzos de los partidos del cambio siempre serán infructuosos y limitados sin una transformación radical de la sociedad.
Conociendo el entramado institucional andreuenc.
La maquinaria burocrática del distrito está muy bien diseñada. Una auténtica tecnocracia que arrastra su podredumbre gobierno tras gobierno, con prepotentes personajes como Marta La Fuente, una técnica que no dudó en hacer mobbing al hombre que utilizaba desde hace décadas los bajos del Carrer del Pont, dándole fechas de desalojo falsas, o Vicente Orquín, al que se le debería caer la vergüenza por habernos dicho que podríamos haber recuperado nuestras pertenencias a través de una instancia. Falso: el viernes por la mañana paramos un camión que se llevaba nuestras neveras y diversos electrodomésticos directos al basurero, tras haber pedido recuperarlas a través de una instancia.
En todo este proceso hemos aprendido algunas cosas y nos hemos reafirmado en otras. Las instituciones no son ni pueden ser neutras. Los técnicos y burócratas del distrito sólo responden a las necesidades del mercado y la marca Barcelona. Ellos hacen su trabajo de preservación del modelo social, económico y urbanístico de la ciudad, independientemente de quien gobierne. Hablar con ellos es chocar una y otra vez con esta lógica. Pueden saltarse pasos, romper protocolos y jugar sucio, pero solo será para defender el modelo de ciudad capitalista. Nunca los verás saltándose formularios para ayudar a una familia desahuciada, evitar un desalojo o frenar un plan urbanístico que va a acabar echando a los vecinos de un barrio.
En las instituciones la obediencia al capital está atada y bien atada. Desde ese punto no hay cambio posible, pese a lo que algunos nos quieren hacer creer a través de discursos rimbombantes, palabras bonitas y campañas electorales lacrimógenas. Peores que los técnicos son los diferentes regidores y representantes de BCNEnComú. Ellos están poniéndole la cara bonita al sistema y haciendo el lavado de imagen que tanta falta le hacía.
Todas estas personas son las primeras en llenarse la boca hablando de las necesidades del barrio. Los que cacarearon incasablemente una y otra vez que estábamos haciendo un uso privativo de un espacio que debería ser público son la misma escoria que en las fábricas de Fabra i Coats impulsaron un centro de arte contemporáneo que no responde a las necesidades de nadie de la zona, sino a la intención por parte del Ayuntamiento de hacer de Sant Andreu un lugar mucho más rentable y turístico.
Estamos viviendo los primeros pasos de un proceso de gentrificación y nadie se quiere enterar. Dicen que en los edificios de Carrer del Pont se alojará un centro de interpretación histórica pero de momento no tienen ni un presupuesto asignado ni tampoco ningún plan claro. Desconfiamos de la finalidad y forma final de esta iniciativa. Como lo del deporte ya ha pasado de moda, ahora nos la cuelan con el arte, la cultura o el patrimonio histórico. No es muy difícil darse cuenta que lo que están haciendo aquí es lo mismo que hicieron con el Gótico, el Raval o Poblenou.
Ha sido un placer conocer más de cerca al más hipócrita de nuestros enemigos.
Desde el ayuntamiento salió, al día siguiente del desalojo, una nota de prensa alegando que el inmueble presentaba problemas de seguridad, según un informe realizado por arquitectos sin fronteras, lo cual difiere de la realidad, excepto para quien la malinterpreta intencionadamente, ya que citamos textualmente dicho informe “la finca no presenta patologías que representen un peligro de estabilidad inminente”.
Todas deberíamos ser conscientes de los procesos de gentrificación que ha vivido Barcelona en las últimas décadas.
Actualmente, y en relación a lo recién expuesto, es más que obvio que vivimos un momento de descentralización del turismo masivo hacia nuestros barrios. Vemos como aumentan los pisos turísticos en las zonas alejada del centro y vemos también las consecuencias que este hecho tiene para las personas que las habitamos y que nos negamos a vivir en un parque temático que solo beneficia el avance de la Marca Barcelona y del capitalismo depredador.
Y es que al avance del capital y sus políticas neoliberales, en este caso bajo los procesos de gentrificación de la Marca Barcelona, ningún partido político podrá detenerlo. Esto ha quedado bien claro en otros países como Grecia donde la linea rupturista del gobierno de Syryza choco de pleno ante el muro inamovible de las directrices dictadas por la UE, dejando claro que la fuerza de las instituciones nada puede contra los intereses económicos, y que estas, por más de izquierdas que se tiñan, acaban siempre cediendo a la voluntad de las grandes empresas y la Unión Europea.
Respecto a la actuación de las CUP, al margen de que ni su vía de acción política ni sus finalidades son las nuestras, nos gustaría remarcar el doble rasero que han jugado durante todo este proceso.
Por un lado, uno de sus representantes en el distrito decía que iban a votar a favor del desalojo si se iba va a hacer un uso comunitario del espacio -lo cual se traduce en el proyecto que supuestamente se desarrollará y que no es más que una coartada para todo lo comentado-. Paralelamente, en sus perfiles virtuales retuiteaban y compartían públicamente nuestra última convocatoria. Incluso se presentaron el día en que se efectuó el desalojo a las dos concentraciones de protesta que convocamos. Todo esto nos hace pensar que, o pretenden sacar rédito político de nuestro conflicto, o realmente no se aclaran entre ellas.
Finalmente, queremos agradecer a todas las personas que nos han brindado su tiempo y energía.
Tanto en las jornadas de trabajo -reforzando las vigas, haciendo la instalación de agua, reforzando la casa frente al desalojo- como en las diferentes convocatorias, paros de obras y manifestaciones que hemos ido realizando a lo largo de los últimos meses. Gracias a todas ellas, el trabajo y la solidaridad, hemos hecho una vez más de nuestras ideas una realidad.
Después de todo esto, nos encontramos igual que antes de okupar los edificios del Carrer del Pont, sin casa, pero animadas a seguir okupando y a seguir luchando por unas relaciones y una vida que merezca ser vivida. Sin lugar a dudas, podemos decir que gracias a este proceso hemos aprendido muchas de cosas…
En ningún momento pedimos nada al poder: seguiremos tomando lo que nos pertenece mediante la acción directa y construyendo redes de apoyo mutuo. Seguiremos combatiendo al capitalismo.
Porque okupamos para resistir al capitalismo
La lucha está en la calle, no en las instituciones
Carrer del Pont per l’Anarquia!