El pasado 26 de Marzo finalizó la encomienda del servicio Fidelización de Orange que prestaba la empresa ICCS. La empresa, conocedora de esta situación, no hizo absolutamente nada para que se mantuviera el servicio que se prestaba en Sevilla desde hace años, dejando pasar los plazos, sin negociar ni plantear alternativas a Orange, facilitando a la multinacional la deslocalización del servicio, fomentando la precarización de las condiciones laborales y los despidos. Siendo ambas empresas cómplices al alimón de una situación que han buscado con el único fin de librarse de una plantilla sindicada que les resulta incómoda.
Desde el comienzo, la empresa intentó que los sindicatos amarillos fueran los que se sentaran a la mesa de negociación del ERE e hizo campaña abiertamente por CCOO, llegando a pedir directamente el voto para sus sicarios vende obreros. Lo único que buscan en estos casos es negociar más dinero y luchar por su comisión y su mamanduría, dejando de lado los derechos de los trabajadores y sin defender el empleo como ya hemos podido sufrir en múltiples ocasiones. La empresa planteaba 217 despidos de inicio, pero llegó el momento de elegir la comisión negociadora: la CNT y la CGT, desde donde defendemos desde el principio que no haya ni un solo despido y que todos las trabajadoras y trabajadores sean recolocados en los distintos proyectos vigentes, o que se renogocie el mantenimiento del servicio de fidelización afectado, hemos ganado la elección para negociar el ERE, en la que han resultado elegidos dos miembros de CGT y uno de CNT.
Para ICCS y Orange, la plantilla -principalmente compuesta por mujeres-, es un recurso a explotar; nos usan y después se nos abandona, sin importarles nada. Intentan vendernos una imagen solidaria y comprometida, como la actual campaña del bono solidario de Orange, que solo es una forma de vender más… Si realmente quisieran ser solidarias -o como se dice ahora, socialmente responsables-, obligarían a sus contratas a ofrecer un salario digno a sus trabajadoras, ofrecerían estabilidad en el empleo y garantizarían el cumplimiento y respeto de los derechos labores. Menos megas y más derechos.
Pero estas multinacionales necesitan mercenarios locales, lo hemos visto antes en Roca, Delfi, Alcoa, etc. Hoy nos toca a los/as trabajadores/as de ICCS, empresa local que limpia el culo de la multinacional Orange: despidos, modificaciones, acosos, familias al paro, al subsidio, al comedor social, a la caridad… Y a esta gentuza de ICCS y Orange el sufrimiento de estas familias parece no importarles nada.
Que Orange y sus mercenarios de ICCS sepan que vamos a plantar batalla: ¡Nos toca organizarnos, luchar por nuestros derechos hasta las últimas consecuencias! Estos despidos son un fraude, no se pueden justificar, y Orange e ICCS lo saben. Nosotros también y no vamos a permitir que estos saqueadores se salgan con la suya: no somos un balance ni una estadística que cotizan en bolsa, somos trabajadores con familias y tenemos derechos. Por eso:
¡Unidad, organización, disciplina, lucha y a la victoria!
