Como resultado de las asambleas que CNT Madrid ha celebrado en el sector universitario y científico, se ha dado el pistoletazo de salida para el inicio de una campaña en la que se pretenden evidenciar las irregularidades cometidas en el ramo. La primera de ellas corresponde al proceso de selección para una plaza de ayudante a tiempo completo en la Universidad Autónoma de Madrid (UAM), en concreto:
- Durante el proceso de evaluación de méritos, se permitió al candidato en cuestión la presentación de documentación fuera de plazo y la subsanación de errores por falta de documentación, mientras que otros candidatos fueron excluidos por ese motivo.
- Algunos de los profesores ya contratados por ese departamento se postularon a la plaza, para posteriormente ser excluidos por tener el titulo de doctor -mismo que otorgaba la obtención de la plaza (páginas 1 y 2 del PDF)- o renunciando a continuar en el proceso (página 2 del PDF) durante el mismo de forma voluntaria, inflando la lista de candidatos presentados y alterando la misma -ya que en fases intermedias eran los candidatos de mayor puntuación y no quedaba tan evidente que la selección se hacía “a medida de un candidato”-. Además, el candidato finalmente seleccionado, gozaba de una beca (pág. 8 del PDF) en una institución en la que trabajaban profesores de ese departamento y con el que existían colaboraciones científicas.
- Al margen de que la puntuación en el baremo no es justa, pero tampoco impugnable porque los criterios los establece el departamento, estos criterios fueron claramente elegidos en base a la selección de un candidato “elegido a dedo”; la obtención de una beca previa en otro organismo nunca debería ser un criterio de contratación ni evaluado como merito sobre otros criterios, tal y cómo se hizo.
- Pese a esto, quedaron tres candidatos seleccionables (pág. 1 del PDF), evaluados y que cumplían los criterios de contratación -evidentemente el primero y de mayor puntuación, era el que a priori era elegido por el departamento y el que marcaba los criterios del baremo que se había establecido-.
- El candidato seleccionado no formalizó la firma del contrato en el plazo establecido en la convocatoria de 10 días -porque gozaba de una beca durante ese año (pág. 8 del PDF) que era incompatible con la vacante-, tal y cómo establece el proceso. En ese caso su solicitud quedaría por desestimada por no ser formalizada en el plazo establecido, pasando al siguiente candidato propuesto según el orden de puntuación del baremo.
- Ante estas irregularidades, se hizo una queja formal (pág. 3 del PDF) en el registro de la universidad para que se nos informara por qué el contrato no pasaba al siguiente candidato y con qué justificación se permitía la ampliación de un plazo cuando no se establece así en la convocatoria. La respuesta del rector (pág. 4 del PDF) fue que pese a haberse evaluado a tres candidatos, no constaba ninguno otro propuesto por la comisión para ser formalizado y que aún cuando este no lo formalizara no se consideraría el contrato para ningún otro candidato; no obstante, finalmente se admitió el plazo extraordinario y este candidato pudo formalizar su contrato en perjuicio de los otros y de forma irregular.
Esto es una práctica habitual en los procesos de contratación en diversas administraciones publicas, centros de investigación, universidades y otras instituciones publicas. En algunas convocatorias en las que se debería contratar por méritos, esto no ocurre, utilizando recursos públicos de todas para usarlos cómo si fueran de unos pocos.
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