CNT Canarias denuncia la sistemática persecusión de los inmigrantes, convertidos en chivo expiatorio de todos los males de esta sociedad.
CNT ha constatado desde hace varios años la guerra que el gobierno canario y español viene haciendo contra los y las migrantes trabajadores. Desde las propuestas del Plan de Empleo Canario (donde se prima la contratación de los canarios/as, discriminando al resto de habitantes del Archipiélago) hasta las recientes cacerías que el Ministerio del Interior promueve en las calles contra la población procedente de países empobrecidos, todas las actuaciones que las instituciones llevan a cabo en materia de inmigración persiguen criminalizar al colectivo de inmigrantes pobres que reside en el Estado. Se les quiere culpabilizar de gran parte del problema del paro, de la delincuencia y hasta de otras conductas “no democráticas”.
Los endurecimientos en materia de extranjería, como la última propuesta de condenar con multas de hasta 10 mil euros a todas aquellas personas que se solidaricen con quienes tienen negados sus derechos más básicos, no hacen sino confirmar que los nuevos gobiernos europeos practican una política al más puro estilo fascista. Debemos recordar que la gran mayoría de las personas que arriesgan sus vidas, sus ilusiones y los pocos ahorros de toda una familia, provienen de países que han sido empobrecidos, explotados y esquilmados por las grandes potencias europeas. En el caso de España, a pesar de todos los acuerdos internacionales firmados por el Estado, se sigue vendiendo armas a muchos países donde los niños son secuestrados para ir a la guerra y las niñas utilizadas sexualmente por mandos militares y políticos.
Ante toda esta realidad, nos encontramos con el hecho de que, un país que se presume democrático y garante de libertades, tiene entre su ciudadanía a personas de primera, segunda, tercera y cuarta clase. Sin papeles o sans culottes, el tiempo poco ha cambiado en la vida de muchas personas que nacen y mueren en la crisis, en las guerras, en la injusticia extrema. No sólo les privamos de sus riquezas naturales en los países de origen, no sólo nos aprovechamos de su mano de obra barata para importar productos más baratos, además luego les encerramos en recintos vallados y vigilados, les torturamos con la amenaza y el miedo constante a ser perseguidos y expulsados, les repatriamos a terceros países donde nada ni nadie les espera; y todo esto con dinero público.
La ciudadanía universal es un hecho social. Y la categoría de ciudadano/a no debe estar vinculada a ninguna adopción de nacionalidad. El dinero y el capital ya lo han conseguido hace tiempo. Entra y sale cuando quiere y donde quiere con plena libertad para operar. También los y las trabajadoras del mundo deben tener plenos derechos, pues sin derechos no existes, no cuentas, no opinas, sólo produces. Estamos aceptando una nueva categoría de esclavitud, la de quienes únicamente son aceptados para trabajar, sin voz y sin voto. El racismo institucional hacia los migrantes pobres está fomentando el racismo social. No es una política contra los bolivianos, peruanos, magrebíes, senegales…, es una política contra las personas pobres de todos esos y otros tantos países, contra el colectivo de trabajadores/as.
Ante esta situación, la CNT Canarias reclama:
1º) El fin inmediato de la persecusión policial al inmigrante.
2º) Fin de esta política de expulsión que sólo genera más miseria para los más desprotegidos en esta sociedad.
3º) Permitir la reagrupación familiar, poniendo los mecanismos necesarios para hacer de ésta un derecho y no un privilegio.
4º) No criminalización de los inmigrantes por el simple hecho de serlo.
5º) Plenos derechos, independiente de si se ha nacido o no en el Estado español.
6º) Cierre inmediato de los CIE, verdaderos campos de concentración de inmigrantes.