Estamos, de nuevo, ante la misma función, que se repite machaconamente, cada vez que toca negociar el convenio de Artes Gráficas, Manipulados de Papel y Cartón, Editoriales e Industrias Auxiliares.
Una vez más, unos liberados sindicales, alejados de la realidad laboral, ponen sobre la mesa de negociación unas propuestas absolutamente insuficientes para las necesidades reales que tienen las trabajadoras y trabajadores de las empresas del sector.
Lo que ha trascendido de las negociaciones que llevan a cabo los sindicatos de la representación unitaria y la patronal, es una pequeña lista de reivindicaciones, claramente exiguas y en la que destaca más lo que no se incluye.
Tenemos uno de los convenios con más horas de trabajo respecto a otros (por ejemplo, el de prensa diaria es de 36 horas semanales) ¿no debería eso ser una propuesta para negociar?, ¿qué ha pasado con el asunto de la antigüedad?, ¿y las diferencias salariales?, ¿no habría que exigir la obligatoriedad de que la trabajadora o el trabajador sea contratado por la empresa para la que ejerce su función?, ¿no es acuciante plantear el tema de la temporalidad y exigir que la contratación temporal sólo se produzca en casos de sustitución por baja o cuando haya aumento de producción comprobado y justificado por la empresa?, ¿no debería plantearse la eliminación de las horas extraordinarias para la creación de nuevos puestos de trabajo? Todo esto se cede al criterio del empresario, se deja de reivindicar.
Y es que existe una realidad paralela a la que perciben estos negociadores de despacho. La realidad del sector es la precarización: es la cantidad, cada vez mayor, de contrataciones temporales, de falsos autónomos y autónomas y precarias de usar y tirar, gente joven (y no tan joven) cambiante, sin estabilidad laboral, siempre en vilo, sin saber si dentro de tres meses van a poder seguir pagando el alquiler, si tendrán que cambiar de ciudad… por no hablar de las externalizaciones, que precarizan aún más las condiciones laborales. Esa realidad se va extendiendo como una mancha de aceite y afectando cada vez a una mayor parte de la plantilla.
Las situaciones laborales de las personas que realizan el mismo trabajo son tan diferentes, que cada una vive su situación como única y diferente a la de las demás: unas con contrato temporal, otras por obra, o a través de un ETT, o como falsa autónoma… Unas cobran más, otras menos, otras una miseria…
Así nos quieren, divididos, compitiendo. Y así nos tienen, tras años de negociar convenios a la baja, de firmar migajas e incluso retrocesos.
Razones para una huelga hay de sobra, pero para una huelga honesta. Han sido tantos años de traiciones de este modo de sindicalismo, de amagar con huelgas y después firmar convenios decepcionantes, negociados a nuestras espaldas, que, poco a poco, se han ido quedado solos. Han usado la palabra huelga, una herramienta de lucha y autodefensa de la clase trabajadora, de forma tan torticera, que han conseguido vaciar la palabra de contenido. Usada cuando les conviene y frenada del mismo modo. El resultado son plantillas desmovilizadas, algo que ya quedó patente en negociaciones anteriores del convenio, en las que el llamamiento a la huelga hecho por CCOO o por el tándem CCOO-UGT, no fue secundado ni por sus propios afiliados.
Esta situación la conoce la patronal, por eso hace y deshace a su antojo, por eso muestra la cara más descarnada del capitalismo, por eso impone sus condiciones y juega con nuestros derechos.
En CNT no prometemos nada, ni tenemos varitas mágicas que solucionen los problemas. Solo sabemos que somos la clase trabajadora la que debemos retomar el protagonismo en las luchas. Tenemos que dejar de delegar en burócratas la defensa de nuestros derechos, no dejar que otros, que no están en nuestra piel, negocien en nuestro nombre.
En CNT somos personas trabajadoras como tú, no tenemos subvenciones ni liberados. Solo tenemos solidaridad y apoyo mutuo. Ese es el primer paso para sentar las bases de futuras movilizaciones con fundamento y de conseguir mejoras reales para quienes trabajamos en el sector. Ven al local de CNT más cercano a tu centro de trabajo y luchemos juntas.
