NUESTROS LOCALES | BADALONA
Durante la década de 1920 y 1930, la CNT se convirtió en fuerza hegemónica
en Cataluña. Aunque en Badalona no fue hasta 1918 cuando la Federación Local de
Sociedades Obreras se integrara definitivamente en la central
anarcosindicalista, ésta acabaría siendo con el tiempo una plaza importante.
I. Nistal | Periódico CNT
Fotografía: Maxho
Y no tocó esperar demasiado, pues solamente un año después, con la famosa
huelga de La Canadiense en la capital, las obreras y obreros badalonenses
llevaron a cabo una huelga solidaria que duró alrededor de dos semanas, tal y
como relatan los historiadores Jordi Albaladejo y Joan Zambrana en el libro Inicios de un sindicalista libertario. Joan
Peiró en Badalona, 1905-1920).
Precisamente Peiró, quien fuera secretario general de la CNT y Ministro de
Industria durante la guerra civil, sería sin duda su figura más destacada. Pero
no la única, para la historia local permanecerán nombres como los de Josep
Belís (tío de Peiró) o Joan Manent (alcalde de la ciudad durante la guerra),
entre otros.
La calle Conquista fue el emplazamiento de la CNT y del Ateneo Obrero antes
de la guerra, y según nos cuenta el militante badalonés Rafael Sánchez, los
afiliados del sindicato de la Construcción levantaron uno en la calle Ponent,
esquina con Guifré. Ya durante la guerra, un compañero cedió una casa para la
sede de las Juventudes Libertarias. Con el tiempo, acabaría siendo durante el
franquismo la comisaría de la Policía Nacional.
Tras la muerte de Franco, la CNT – aún clandestina – se instalaría en la
calle Cervantes, barrio de gran tradición libertaria, pues sin ir más lejos
antes de la revolución social de 1936 sería conocida como FAIlandia. Este local
fue alquilado en 1977, precisamente por el compañero Rafael, instalándose en él
los sindicatos de Metal, Vidrio, Oficios Varios, Textil, Químicas, Madera,
Corcho, Hostelería y Jubilados, lo cual da buena cuenta de la actividad que ya
comenzaba a generar de nuevo el anarcosindicalismo.
El siguiente local, también a nombre de Rafael, era algo más grande y se
encontraba en la calle Príncipe de Vergara. Ahí residió también la sede del
Ateneo Libertario Ferrer Guardia.
Algún tiempo después, el Sindicato del Metal decidió, a causa de su
crecimiento, buscarse su propio local, alquilándolo en la calle Antón Romeu,
pegando a la estación de ferrocarril. Con el tiempo, debido a la desaparición
de algunos sindicatos de ramo, el resto acabarían trasladándose a este mismo
lugar.
Allí permanecieron hasta mediados de los 80, momento en el que decidieron
ocupar el antiguo local de los sindicatos franquistas, situado en la Vía
Augusta nº 2, en pleno centro y muy cerca del Ayuntamiento. Los 4500 metros
cuadrados de superficie provocó que se tuviera que realizar un inmenso trabajo para
poder adecentarlo mínimamente. Sin luz ni agua, los compañeros se las tenían
que ingeniar para solucionar cualquier contratiempo. De este modo, cuenta
Sánchez la anécdota de cómo el suministro de agua lo conseguían con una serie
de bidones que llenaban por la noche enchufando una manguera de unos 100 metros
a una fuente pública que había en las inmediaciones.
Aquel edificio acabaría siendo la sede de los sindicatos de Oficios Varios,
Metal y Jubilados durante la friolera de 18 años, instalándose en dos ocasiones
el Comité Regional y albergando también el Centro de Estudios Libertarios
Federica Montseny y el Ateneo Libertario.
Finalmente, el Ayuntamiento negoció con el sindicato para quedarse con
aquel local, a cambio de ceder a perpetuidad el actual espacio sindical y
social en el pasaje Río Congost, 5-7.