Con esa exigencia, ahogada por la soga que rodeaba su garganta y pondría fin a su vida, entraba en la memoria colectiva el compañero Parsons. Ejecutado por la República Federal norteamericana junto a Spies, Fischer y Engels por el doble delito de ser anarquistas y sindicalistas. Todo comenzó cuando el 1 de mayo de 1886 los sindicatos de EEUU y Canadá convocaron una gran Huelga General reivindicando la jornada de 8 horas. La movilización fue todo un éxito. No obstante, en Chicago la lucha fue especialmente virulenta, culminando en la llamada Revuelta de Haymarket, en la cual fueron asesinados/as algunos/as obreros/as y un oficial de policía.
Como consecuencia de estos sucesos ocho obreros anarquistas fueron convertidos en cabeza de turco y condenados sin pruebas: uno de ellos acabaría suicidándose, cuatro sucumbieron en la horca y el resto fueron encarcelados. Sus nombres son y serán recordados: Samuel Fielden, Oscar Neebe, Michael Schwab, George Engel, Adolf Fisher, Albert Parsons, August Spies y Louis Lingg. El movimiento obrero proclamó los 1 de mayo día de huelga general como repulsa al crimen capitalista. A partir de entonces este día se convirtió en un símbolo de lucha obrera reivindicativa internacionalista.
La burguesía, atemorizada ante la enorme capacidad de la clase trabajadora, no encontró otra manera de combatir el inmenso movimiento de solidaridad que amenazaba sus privilegios que transformar el día en festivo. Pervirtiendo y devaluando su potencial revolucionario.
En la lucha por la jornada de 8 horas en nuestro país la Confederación Nacional del Trabajo (CNT) tuvo un papel decisivo. A este respecto es necesario recordar la Huelga de la Canadiense que desembocó en el reconocimiento de este derecho por parte de la patronal y el gobierno. A pesar de la cruenta represión, tras la huelga de 44 días, se consiguió la readmisión de todas las personas despedidas y el establecimiento de la jornada de ocho horas.
Recuerda estas siglas: CNT. Allí estuvimos y aquí estamos.
131 años después de su asesinato, el sistema criminal que combatieron sigue provocando miseria y sufrimiento: la clase trabajadora de este país ha ido perdiendo derechos a pasos agigantados. Las últimas reformas laborales perpetradas por PSOE y PP redujeron las ya de por sí irrisorias indemnizaciones por despido improcedente, facilitaron a las empresa los despidos objetivos y los expedientes de regulación de empleo (ERE), los descuelgues de convenios… A esto hemos de sumar los recortes en servicios tan básicos como la sanidad o la educación (mientras se practicaba el rescate del sector bancario), los niveles surrealistas de corrupción, la implantación de leyes represivas como la Ley Mordaza, la persecución de sindicalistas… Nos quieren en silencio.
Pero este primero de mayo alzaremos nuestras voces. Gritando alto y claro que la guerra de clases no ha terminado, que aquí estamos y seguiremos combatiendo hasta acabar con el Estado y el Capital. El mejor homenaje es continuar la lucha.
Te proponemos unirte a nosotras y nosotros en los actos del 1 de mayo en el parc de las tres xemeneies a partir de las 10:30 y, más importante, organizándote en CNT sin liberados ni comités de empresa. Para que se escuche tu voz.