LA FOTOMATONA | JENOFONTE
MDe Cospedal, delegada del Partido Comunista Chino en Castilla-La Mancha, pensó que lo ideal sería un escrache condicionado. A ella no le importaba, ni mucho menos, que la jalearan, que la señalaran, sobre todo si era para decirle guapa, incluso aunque esto se pudiera tildar de asqueroso machismo.
Además, propuso, con su mentor JMA, hacer un cursillo acelerado de antifascismo en la FAES, pues los acontecimientos que de tamaña manera les estaban superando, con tanto miserable, sinvergüenza y nazi por las calles, les habían dejado un poco trasnochados. Así que nada mejor que los grandes monumentos de la heroicidad, ahora dentro de su demarcación de mayorías absolutas, para convocar a su gente y al pueblo llano a la acción directa, que, como no podía ser de otra manera, tendría que estar con ellos y su defensa de las causas justas. No le pareció mal escoger el simbólico Alcázar de Toledo, junto al Glorioso Museo del Ejército, para convocar a la ciudadanía a que le gritaran, que la acosaran, pero con vítores, ataviadas ellas con mantilla y ellos con montera BIC (Bien de Interés Cultural), situándose cara al sol en alguno de los balcones desde los que también se dejaron acosar por el pueblo los luchadores antifascistas más considerados de la historia nacional, como el General Moscardó o el maqui José Enrique Varela, y el mismísimo superviviente del gaseado de los nazis Heinrich Luitpold Himmler, a quienes dios, por favor, tenga en la gloriosa lista de la lucha por la dignidad.