El próximo 29 de septiembre, todos los trabajadores de este país
estamos llamados a ir a la huelga. Una huelga para la que sobran
motivos (aumento continuo del paro durante los últimos años,
precariedad, y por si fuese poco, también una reforma laboral que es de
las más agresivas que se han firmado contra los derechos de los
trabajadores). Por todas estas razones, la CNT lleva meses pidiendo la
convocatoria de esta huelga general, y por eso mismo animamos a todos a
participar en ella.
Nuestras razones
Las razones para ir a la huelga están muy claras para nosotros, y
son las que hemos expuesto arriba. En primer lugar, no se puede
consentir que un país que hace apenas dos años y medio no llegaba ni
por aproximación a los tres millones de desempleados, haya pasado en un
periodo de tiempo tan corto a la escandalosa cifra de cinco millones,
muchos de ellos sin ningún tipo de prestación, con problemas de
desahucios, etcétera. Y esto es todavía más intolerable, cuando además
no se ha recortado ningún privilegio, es decir, cuando se nos está
forzando a los trabajadores a pagar todos los desaguisados que ha
generado una patronal de las más corruptas de Europa, con el silencio
cómplice o el apoyo directo de la clase política.
El gobierno del PSOE dice que el problema del paro es consecuencia del
problema de la “crisis”. Nosotros no entendemos cómo se puede tener tan
poca vergüenza, cuando se han dado muestras sobradas de que dinero, en
las arcas del Estado, lo hay y de sobras, cuando se han condonado
deudas millonarias a grandes empresarios, cuando no hace ni un año que
se realizaron las “inyecciones de liquidez” a la banca, es decir, que
se regaló a los banqueros, principales responsables de la crisis,
dinero salido de los impuestos de todos. Basta con decir que entre lo
que invierte el Estado en gasto militar, los sueldos de altos cargos,
las subvenciones a partidos políticos y sindicatos, las concesiones a
empresas privadas, etcétera, daría de sobra para que nadie tuviese
problema alguno para llegar a fin de mes. A esto hay que sumar que no
hace más que unas semanas se le retiró la ayuda de 400 euros mensuales
a los parados entre 30 y 45 años sin cargas familiares, es decir, a
70.000 parados de larga duración, que pasan a engrosar la lista de
aquellos que ya no tienen ningún tipo de ingreso.
Pero aún hay más. Respondiendo al mandato de la CEOE, el pasado mes
de junio el gobierno promulgó una nueva Reforma Laboral, con la excusa
de reducir la temporalidad en los puestos de trabajo. Lo que no han
dicho es que para reducir esa temporalidad va a incentivarse la
contratación a tiempo parcial, que es tanto como decir que habrá gente
que trabaje en vano, porque su sueldo no le dará para casi nada, que se
va a generalizar el despido con indemnización de 33 días por año
trabajado con un máximo de 24 mensualidades en lugar de los 45 con un
máximo de 42 que teníamos hasta ahora, que además el FOGASA, un seguro
público que pagamos entre todos con nuestros impuestos, financiará
parcialmente esos despidos (o lo que es lo mismo, que los trabajadores
vamos a tener que pagar nuestros propios despidos)… y por si esto
fuese poco, que se pretende que a partir de ahora los convenios
colectivos sean papel mojado, al facilitar la “inaplicación salarial”,
que consiste en que a la empresa que “demuestre” tener problemas, la
administración le liberará de la obligación de cumplir con las tablas
salariales del convenio, de modo que podrá pagarle a sus empleados lo
que le venga en gana.
Tampoco podemos olvidarnos del endurecimiento de las condiciones
para jubilarse, habiéndose aumentado hace poco el mínimo de años
cotizados exigible, de la reforma de las pensiones y la seguridad
social, de la incipiente privatización de la sanidad pública.
En conclusión, el esquema es éste:
La gran patronal, la banca y la clase política nos han metido de
lleno en esta crisis, y las medidas que nos proponen para salir de ella
son: recortes en las prestaciones a parados, abaratamiento del despido,
precarización de las condiciones de trabajo, mayor impunidad para las
empresas a la hora de incumplir convenios, endurecimiento y retraso de
la edad de jubilación, privatización de la sanidad, y un largo
etcétera. Pretenden salir de esta crisis sin perder ni un palmo de sus
privilegios, y para eso han demostrado ya sobradamente que están
dispuestos a pisotearnos a los trabajadores hasta donde sea necesario.
¿Y más allá de la huelga general?
Sólo nos queda decir que, ante una ofensiva contra los trabajadores
tan fuerte como la que hemos descrito, una huelga general de sólo 24
horas y convocada tres meses después de la aprobación del decreto que
pretende derogar (el de la Reforma Laboral), es a todas luces
insuficiente para hacer frente a la que nos viene encima. Y esto no es
casualidad, sino que responde a la inoperancia y el abandono descarado
de CCOO y UGT, que han intentado negociar hasta que ha sido demasiado
tarde, que durante años han firmado y pactado cosas como las que ahora
se critican, que han desmovilizado a la clase trabajadora, y que se
mantienen con dinero de todos para luego firmar convenios de hambre.
No, con un paro de 24 horas que llega tres meses tarde, si lo
dejamos en un hecho aislado, no conseguiremos nada más que lavarle la
cara a CCOO y UGT, que de esta forma legitimarán un poco su actuación
desastrosa cuando se trata de derechos laborales.
Por eso, desde la CNT planteamos la necesidad de esta huelga, y de
que el día 29 nadie trabaje, pero también vemos igual de necesario que
esto sirva como principio de algo y no como hecho aislado. Sólo una
huelga general indefinida puede tumbar un decreto como éste. Después
del 29-S por lo tanto hay que seguir organizándose en los tajos, hay
que seguir con las movilizaciones, y en definitiva hay que continuar
luchando.
Y para eso está la CNT, un sindicato distinto de los demás, que se
mantiene sólo de las cuotas de sus afiliados porque no quiere alimentar
a vividores, que en el trabajo rechaza el modelo de elecciones
sindicales porque afirma que lo realmente efectivo es la sección
sindical, en la que participan todos y no sólo el representante electo,
que decide las cosas mediante asamblea de trabajadores, un sindicato en
el que los problemas de uno lo son de todos, de forma que nadie queda
desamparado. Un sindicato, en resumen, hecho para luchar.
EL 29-S, TODOS A LA HUELGA
ORGANÍZATE Y LUCHA
CNT, TU SINDICATO