Decepción, desencanto, desengaño sentiríamos si como organización libertaria no estuviéramos más que acostumbradas al cinismo e hipocresía de la clase política. Sean del color que sean y a la escala local que se quiera, los actores y sustentadores del poder sólo defienden sus propios intereses partidarios y sectarios, acudiendo al pueblo únicamente para sacar réditos electorales a través de la demagogia y el populismo, cuando no aplicando un autoritarismo paternalista de acciones “políticamente correctas” que buscan dar “una de cal y otra de arena”, aplicando en definitiva el olvido en la acción política como mejor medio para poder hacer más manipulables las mentes y de paso poder arañar algún voto de aquellos que se ubican en las “equidistancias”.
Frustración, desaliento y amargura sentiríamos al ver actuaciones de un gobierno que se dice de izquierdas, como el del ayuntamiento de Córdoba, y que actúa con la más hiriente insensibilidad e indolencia ante las víctimas del fascismo, si no supiéramos (por propia experiencia) que las víctimas no interesan porque ya no votan. No interesan porque nos advierten del nefasto modelo de transición sobre el que se asienta nuestra “democracia” (que surge como continuidad del franquismo y avalado por una “ley de punto y final” que perdonó crímenes masivos), no interesan porque levantan vergüenzas, porque crean incomodidades, papeleos tal vez…porque molestan. Como mucho serán capaces de organizar y aplaudir actos formales de homenaje que no remuevan demasiado e incomoden lo justo, perfectos para salir en la foto y mantener el lazo con las sufridas militancias que no ocupan los sillones de la “responsabilidad”.
Y se dirá que entonces, en 1977, fue lo mejor que se pudo hacer dadas las circunstancias, para después seguir defendiendo, 30 años después, ese modelo de transición y, no contentos con ello, llevarlo orgullosamente como ejemplo a otros países. Hasta que en esos países te dicen que NO, que ese modelo de democracia que va en contra de buscar la Verdad, la Justicia y la Reparación para las víctimas no es el que señala la legislación internacional en Derechos Humanos, y que no lo han querido así ni Argentina, ni Chile, ni Guatemala, ni Sudáfrica, ni Ruanda, ni…
Como organización libertaria, desde la C.N.T. sabemos además que “el que hace la ley hace la trampa”, que la justicia responde a intereses de clase y que además, en el caso de la española, es heredera en gran medida de la justicia franquista (a nivel judicial, cuanto antes lleguen las denuncias de las víctimas y sus familiares a los tribunales internacionales antes acabará el circo jurídico aquí). Anular las sentencias franquistas por ilegales (y no sólo ilegítimas como reconoce la llamada Ley de Memoria Histórica) sería lo normal en cualquier democracia occidental. Pero, no nos engañemos, ello supondría lanzar por los aires el sustento sobre el que se levanta la legitimidad política actual, rompería la careta que da imagen de consenso a nuestro sistema, pondría muy nerviosa a gentes responsables de la represión hasta entrados los años 80 (muy vivos aún), y sobre todo crearía muchas molestias, papeleos, gastos.
La legislación internacional, asociaciones internacionales (como Amnistía Internacional y el equipo Nizkor) y asociaciones de familiares y víctimas del franquismo han reclamado a los gobiernos españoles que asuman su responsabilidad para localizar, documentar y exhumar las numerosas fosas comunes dejadas por el fascismo en España (sólo en Andalucía más de 600) sin “lavarse las manos” dado subvenciones a las asociaciones para que sean ellas las que se “autoreparen”.
Sin embargo, en el caso de Córdoba no son ni los papeleos ni los gastos los causantes del freno que desde el Ayuntamiento se ha ejercido para con la exhumación de una de las fosas comunes que dejó el fascismo en nuestra ciudad. En el caso de Carmen Dorado y Antonio Gutiérrez (hija y nieto respectivamente del fusilado en Córdoba: el diputado socialista por Málaga, Luis Dorado Luque) ni siquiera se pide al Ayuntamiento un duro ni una gestión, ya que a la familia les fue concedida una subvención por la Junta de Andalucía para este menester. Tampoco es necesaria la intervención de un juez, ya que según la Ley de Memoria Histórica (Ley 52/2007) en su artículo 11.1: “Las Administraciones públicas facilitarán a los descendientes directos de las víctimas las actividades de indagación, localización e identificación de desaparecidos”…SÓLO HACE FALTA VOLUNTAD POLÍTICA.
Frente a esto, el Ayuntamiento juega con la pelota lanzándola ora al tejado de los jueces, ora al del gobierno del Estado, ora…aún sabiendo que se les pide sólo un permiso de acceso al cementerio y la URGENCIA que estas cuestiones tienen para que puedan “cerrar el luto” las víctimas y familiares directos que tienen ya una avanzada edad y sólo piden poder recuperar los restos de los suyos. Con ello se muestra la falta total de sensibilidad de la Empresa de Cementerios, gestionada por José Cabrera y dependiente de Alfonso Igualada, de la que ya hicieron gala al proponer un monumento a TODAS las víctimas de la guerra civil, cuando en Córdoba de las 7.000 víctimas “enterradas” en fosas no llegan a 10 las que lo fueron por los antifascistas.
La excusa ahora es “esperar” al protocolo de exhumaciones que prepara el gobierno, más esperas después de esperar ya más de una vida,…pero esta falta de protocolo no ha frenado las numerosísimas exhumaciones que se han hecho hasta ahora en España (en ayuntamientos gobernados por el PSOE, IU y también del PP, como el caso del antiguo cementerio de Málaga) con lo que la conclusión es simple: SOLO HACE FALTA VOLUNTAD POLÍTICA (y un poquito de sensibilidad), que no tiene, desde luego, el ayuntamiento de Córdoba. Esto es un hecho evidente…y ninguna asociación de memoria histórica debería anteponer sus adscripciones ideológicas y vínculos políticos a los fines de denunciar, impulsar y acelerar un poquito de justicia para unas víctimas que YA NO VAN A ESPERAR MÁS.
Sin embargo, Antonio Gutiérrez y Carmen Dorado no están solos. Detrás se encuentran la razón, la justicia y multitud de asociaciones, como la Coordinadora de Asociaciones de la Memoria Histórica de Andalucía (CAMHA) que el Sábado pasado se concentró por cuarta vez frente a la Consejería de Justicia de la Junta de Andalucía en Sevilla para denunciar la pasividad de la Administración. Gentes de bien y un mundo todavía silencioso, subterráneo, que les pondrá la cara colorada a estos profesionales de la política de las equidistancias, taciturnos, contemporizadores, pusilánimes, faltos de gallardía …y tal vez hacerles perder votos (lo único que valoran). Y desde luego está y estará con ellos la C.N.T., desenmascarando a los hipócritas de toda clase y a los progresistas de cartón piedra.