Hoy queremos hablar de algo importante para la clase trabajadora, que está golpeándola diariamente: el enorme incremento del coste de la vida, que hace que la mayoría de nuestros esfuerzos vayan dirigidos a llegar a fin de mes, solamente para cubrir las necesidades de alimentación y de productos básicos de consumo.
No sabemos si habrá subida del SMI para 2024, pero ésta es nuestra realidad: salarios golpeados por una inflación acumulada del 13,9% desde 2021 y convenios colectivos que no recuperan el poder adquisitivo perdido, que ahogan a los sueldos más precarios en cubrir solamente facturas básicas.
La pérdida del poder adquisitivo de la clase trabajadora española es patente. El IPC ha subido de forma acumulada a casi un 14% desde 2021. Si tu convenio sigue congelado y tienes 14 pagas, estos números significan que, respecto a 2020, has dejado de percibir dos nóminas (cada nómina equivale a un 7,1% del salario anual, si se perciben 14 pagas). Y quien menos cobra —el 30% de los hogares ingresan menos de 1.500 euros, según el INE—, es quien más nota hasta dónde han subido el pan, las verduras, los huevos, el aceite, etc.
La cesta de la compra ha pegado un subidón de un 30,8% en los últimos dos años, que ha afectado a 9 de cada 10 de los productos del supermercado. Como esta situación siga así, ¿terminaremos trabajando sólo para comer? Todo parace indicar que sí.
El Gobierno debe llevar a cabo una política de reducción y de contención de precios, ya que supuestamente “el Estado somos todos”. Éste debería intervenir para limitar los precios, y no dedicarlo todo a gastos militares, policiales, ayudas a bancos y empresas…
CONTRA LA SUBIDA DEL COSTE DE LA VIDA
ALIMENTARSE NO ES UN PRIVILEGIO
Una respuesta a “Alimentarse no es un privilegio”
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