El próximo martes 31 de Enero Ignacio Soriano, Francisco Barriocanal y Mauro Torres, tres de sus autores, presentan en Aranda de Duero ‘DICCIONARIO DEL ANARQUISMO EN BURGOS 1871-1975’. La cita tendrá lugar a las 19h en el auditorio de la Casa de la Cultura
En el año 2015 la Fundación Anselmo Lorenzo publicaba el libro El anarquismo en Burgos, obra conjunta de Ignacio Soriano Jiménez, Francisco Barriocanal Nuño y Fernando Ortega Barriuso, que sacaba a la luz y revelaba una historia que había permanecido oculta durante décadas, la historia de la CNT y del movimiento libertario en la provincia, del cual, hasta ese momento, únicamente se conocían datos escasos. Siete años más tarde, en septiembre de 2022, coincidiendo con el centenario de la creación del sindicato libertario en la capital burgalesa, los autores de aquella obra, junto con Mauro Torres Carretero, investigador de la represión franquista en la provincia, Sandra Ortega Pascual, miembro de la Coordinadora para la Recuperación de la Memoria Histórica de Burgos y de su equipo técnico, y Miguel Íñiguez, autor, entre otras obras, de la Enciclopedia del anarquismo ibérico, publican este Diccionario del anarquismo en Burgos 1871-1975, que supone una ampliación de la investigación iniciada en 2015, centrada en las personas que participaron, de un modo u otro, en ese movimiento. En esta ocasión, para la edición de este Diccionario del anarquismo en Burgos 1871-1975, ha contribuido el propio sindicato de la CNT burgalesa.
Quienes se adentren en las páginas de este diccionario, podrán descubrir a militantes como los hermanos arandinos Andrés y Sebastián Blanco Bardín, asesinados ambos por el fascismo en el mes de septiembre de 1936, el primero en Andaya (Lerma), el segundo en el Monte Costaján; Igual suerte correrán los también hermanos Basilio y Lino Beneditez Ortega, así como José Brizuela Meneses, los tres de Castrillo de la Vega. El encierro del anarquismo y anarcosindicalismo en cárceles de la provincia, va a ser una constante durante la guerra civil y posteriormente durante la etapa franquista, pasando por ellas, no solamente libertarios burgaleses, sino de prácticamente todas las provincias del país. Personajes de sobra conocidos en los ambientes libertarios, pero no solamente en ellos, serán objeto de encierro en las prisiones de la provincia. Así, el propio Buenaventura Durruti, quizá el militante más conocido en medios externos, pasó por la prisión de Burgos durante la Segunda República. Lo mismo que Fermín Salvochea, acusado de ser el instigador de los sucesos de Jerez de la Frontera, en 1892, varias décadas antes, quedando por escrito y en la memoria de los presos el recuerdo de su paso por esta prisión.