A las 19:00 horas nos fuimos congregando en Valencia, en la Plaza San Agustín, algunos/as compañeros, francamente cansados/as, ya que se habían hecho permanencias en la Local, durante las 24 horas que duró el Paro. Como siempre nos esperamos al final de la manifestación para salir, pero los compañero/as estaban impacientes y casi sin darnos cuenta nos integramos en la mani. Los ánimos estaban caldeados ya que por la mañana habían ocurrido graves enfrentamientos con la policía. A pesar de ello nadie cayó en la provocación y los/as casi doscientos/as compañero/as que iniciamos la marcha acabamos siendo muchos más al finalizar. Coreamos al unísono todas las consignas que brotaban libremente de uno/a o de otro/a. Como decía nuestra pancarta ¡QUE EL DESENCANTO SE VUELVA RABIA!! Y con esa rabia gritamos, con fuerza y convicción. La gente se paraba y escuchaba lo que decíamos, aplaudía o levantaba el puño a nuestro paso. Consignas como
HUELGA GENERAL, INDEFINIDA: BOICOT, HUELGA Y SABOTAJE, EL EMPRESARIO SOLO ENTIENDE ESE LENGUAJE; UNIÓN, ACCIÓN, AUTOGESTIÓN; ESTA REFORMA LA VAMOS A TUMBAR; CNT, CIEN AÑOS DE LUCHA; AQUÍ ESTÁ, LA ANARCOSINDICAL; EL PUEBLO UNIDO FUNCIONA SIN PARTIDOS; MUERTE AL ESTADO Y QUE VIVA LA ANARQUÍA… fueron coreadas a lo largo de todo el recorrido.
Al llegar a la altura del Hotel Vincci Palace, en la C/ La Paz, nuestra comitiva se paró instintivamente e increpó con fuerza a dicho hotel, como consecuencia del injusto despido de un compañero en el hotel Vincci de Granada. CNT, no olvida ni perdona.
La comitiva dió por finalizado el acto al llegar a la puerta del Tribunal Superior de Justicia de la ciudad de Valencia, donde habitualmente acaba las manifestaciones la CNT, en Valencia. Lo curioso del caso es que en esta ocasión el resto de la manifestación se paró también en el mismo sitio, cuando lo hicimos nosotros y allí terminó para todos los grupos que venían detrás.
Esta mañana en el trabajo, un “cliente” de la empresa para la cual trabajo, me preguntó que qué habíamos conseguido con esta huelga, sonreí y le dije:
_ Mire usted, hemos conseguido algo muy importante, hemos recuperado la dignidad.
Salud.
Marietta.