Estrenamos en CNT Badajoz el canal de YouTube hablando de nuestros tatarabuelos. Aprovechamos el 110 aniversario de la fundación de CNT para recordar a esas sociedades obreras que hicieron frente al Capitalismo y al Estado y que luego dieron lugar a la gloriosa Confederación Nacional del Trabajo.
En Extremadura, a finales del XIX, surgió en la ciudad de Badajoz la sociedad obrera «Germinal», de carácter anarquista, que publicaba el periódico «El Obrero». Desde sus inicios republicanos fue evolucionando hacia el anarquismo. La Germinal Obrera pasó a ser en el otoño de 1900 una Federación de sociedades por oficios, llegando a contar con más de 2.000 socios, la mayoría, agrícolas, pero también de sectores como panaderos, zapateros y otros gremios urbanos. Defendía puntos como «estudiar el medio de que el obrero se haga dueño de la producción» o «estimular la creación de escuelas laicas», así como «promover la cultura y emancipación de la mujer». La Germinal impulsó la creación de una Federación comarcal que convocó un congreso en Torre de Miguel Sesmero (1902). Debido al crecimiento y la influencia de esta sociedad, aprovechando la convocatoria de sucesivas huelgas, la oligarquía de Badajoz encarceló a sus socios más activos, provocando la progresiva desaparición de la organización.
Sería del 21 al 24 de noviembre de 1907 cuando se constituyó la Federación Regional Extremeña de Sociedades Obreras (Mérida). Los acuerdos adoptados eran similares a los de «Solidaridad Obrera» (Barcelona). A la Federación Extremeña pertenecían sociedades, entre otras, de Fregenal, Don Benito, Mérida, Fuente del Maestre, Villafranca, Montijo, Higuera la Real, Zahínos, Jerez de los Caballeros, Almendral, Llerena, Arroyo, Encinasola (Huelva), Barcarrota, Fuentes, Torre de Miguel Sesmero y Azuaga. En 1908 en el Congreso de Azuaga, se acordó adherirse a la Federación Regional Catalana de Solidaridad Obrera y tomó cuerpo la idea de crear un organismo obrero revolucionario, de forma que en 1910 nació la Confederación Nacional del Trabajo (C.N.T.).
Se pasaba así de las antiguas organizaciones de resistencia al capital al sindicalismo revolucionario, el germen del anarcosindicalismo, dando cuerpo doctrinal, organizativo y una estrategia libertaria contra el Capital y el Estado, manteniendo la tradición internacionalista de fines del XIX y señalando al sindicato como núcleo central de la producción y la distribución en la nueva sociedad.
De estas cosas hablaremos el próximo día 28, a las 19 horas, con Ángel Olmedo y Chema Álvarez por nuestro canal: https://youtu.be/K3rWqGrp-y0
