Como es sabido, fuerzas del ejército turco y efectivos del Ejército Libre Sirio han invadido el cantón kurdo de Afrin, una de las tres provincias que componen Rojava.
Tras varios días de intensos bombardeos aéreos y ataques de artillería desde el otro lado de la frontera, los tanques y la infantería entraron en el cantón el domingo. Como era de prever ante una ofensiva así, los enfrentamientos han escalado rápidamente, los fallecidos se cuentan ya por decenas y la población civil intenta abandonar la región precipitadamente, sumándose al flujo de refugiados y desplazados que ya ha provocado la atroz guerra en Siria. El gobierno de Erdogan, no contento con aplastar cualquier forma de oposición doméstica y de masacrar a la población kurda en el sureste de Turquía, ha dado el drástico paso de invadir un país extranjero, en su cruzada contra el secularismo, el progreso y la paz.
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