COLUMNISTAS | MONCHO ALPUENTE
Se reúnen en Davos los poderosos de la Tierra para reírse de los que nada
poseen, fingen interesarse por sus problemas, esos que ellos mismos han creado
y, en un rizar el rizo de la desfachatez y la ignominia, se atreven a proponer
soluciones, siempre a largo plazo y firman compromisos que nunca cumplirán porque cualquier solución global
perjudicaría sus intereses y mermaría sus patrimonios intocables.