Las multitudinarias concentraciones y acampadas que están sembrando las plazas de ciudades y pueblos desde el pasado día 15 son un claro ejemplo de la capacidad organizativa del pueblo cuando decide ser protagonista de su propia vida; superando la apatía, la resignación y la ausencia de una toma de conciencia con la que articular respuestas, para afrontar y construir alternativas a los múltiples problemas que hoy sufrimos el conjunto de la población: trabajadores/as, parados/as, estudiantes, inmigrantes, jubilados/as, precarios/as…
Las fórmulas organizativas desarrolladas en estas movilizaciones evidencian la viabilidad de la participación directa por medio de asambleas para la toma de decisiones que canalicen nuestras aspiraciones y reivindicaciones y nos hacen superar el individualismo. Haciéndonos protagonistas y no espectadores/as de un sistema basado en el delegacionismo y la representatividad, que anula nuestra individualidad. Asambleas, turnos de palabra, comisiones de trabajo, responsabilidad, capacidad, organización, autogestión, coordinación, implicación y visibilización, son los dientes colectivos que mueven este engranaje, capaz de desafiar a las instituciones y provocar una expectación y un debate público que ha eclipsado la campaña electoral y los recurrentes contenidos de la prensa nacional e internacional.
Leer más Es nuestro momento, que continúe la ocupación de plazas y la desobediencia