Manifestación – Pasacalles – Mitin – Córdoba
Salida a las 11h Pza Colón – Tendillas – Corredera
Tal vez el cambio profundo de la situación económica nos haga ver más claras algunas cuestiones, que a la luz del antiguo “bienestar”, parecían ser mucho más sólidas de lo que en realidad eran.
Ahora nadie ignora que el sistema económico que padecemos está basado en la corrupción, la rapiña y la depredación de recursos naturales y de personas. Y que es además, una expoliación insostenible.
El sistema político por su parte, cómplice y victima al mismo tiempo de la rapacidad financiera, agoniza entre las dependencias electorales y sus pesadas -y caras- maquinarias burocráticas. Cada día que pasa, los partidos se demuestran más incapaces de pilotar algún cambio de rumbo, sea cual sea su tendencia. En particular los de izquierda, satisfechos con lo que llamaron “capitalismo humano” y “crecimiento sostenible”, tendrán que buscar ahora otro sol que caliente su discurso confusionista y vacío.
Los sindicatos que participan en el sistema de elecciones sindicales, hace años que se enfangaron hasta las cejas en el discurso neoliberal. Traicionaban así al movimiento obrero, pero conseguían asegurar su hegemonía formal sobre los trabajadores y su nutrición económica constante a través de las inmensas subvenciones públicas que perciben. Protagonizan además otro infame fraude sobre los más desfavorecidos: los cursos de formación.
De alguna forma, el hecho de que todos seamos conscientes de esto proclama el principio del fin del mercado como ideología exclusiva de la sociedad. Tanto los que disfrutan todavía del bienestar como los que apenas pueden vivir de su trabajo o los que ni siquiera lo tienen, están viendo las cosas ahora de otra forma.
Ni los economistas ni los profesionales de la politica sirven ahora; es la sociedad, el pueblo, el que tiene que constituirse en movimiento social, construir alternativas, exigir derechos y reivindicar la igualdad y la libertad que deben servir de caldo de cultivo a este cambio.
Porque es necesario un cambio en las relaciones de trabajo; necesario acabar con la competitividad y la productividad como panaceas perpetuas; necesario acabar con el crecimiento como objetivo; necesario acabar con la insolidaridad del modelo individualista y triunfador; necesario acabar con las actividades que atacan al medio ambiente solo para contentar accionistas; necesario que el trabajo existente se reparta y que se consigan salarios y condiciones dignas; necesario planificar, producir y consumir a nivel local.
Desde CNT creemos que el sindicato es una de las herramientas con las que iniciar esta tarea y queremos aportar nuestro impulso a ese cambio; nuestra manera es la autogestión y la independencia; un sindicalismo de calle, de honradez y de trabajo constantes; una forma de tomar decisiones asamblearia, sin líderes ni órdenes; una lucha por los derechos de los trabajadores que no está hipotecada por nadie, en la que no hay subvenciones ni pactos ni engaños.
Hay que ser insistentes: nadie va a regalarnos nada. Construyamos otra forma de vivir y de trabajar porque el ilusionismo se acaba. Empieza ahora la ilusión.