Desde hace más de 80 años existen en España más de 100.000 desaparecidos. Fallecidos en combate o fusilados por medio de un juicio sumarísimo. Recordemos que después de Camboya somos en el mundo, el país que tiene más cadáveres sin identificar en las cunetas o fosas comunes.
Tanto durante el franquismo como durante la “Transición Democrática” hasta nuestros días, ha habido un silencio y se ha ignorado de forma sistemática los miles de cuerpos de combatientes desaparecidos, y fusilados durante la represión franquista por parte de instituciones, partidos políticos y determinados sectores sociales. El papel de mantener esta memoria viva, que se conozca la verdad y se haga justicia y reparación, ha quedado en manos de organizaciones y asociaciones memorialistas, que llevan a cabo un excelente trabajo con muchos dificultades y pocos medios económicos.
La Asociación por la Recuperación y Contra el Olvido (A.R.I.C.O), cuyo presidente es Miguel Ángel Capapé, nos explicará más detalladamente en qué consiste su labor en cuanto a la exhumación de los cuerpos olvidados.
Obviamente, este es un hecho que nos toca particularmente. Entre las miles de salvajadas que ha producido el fascismo y en particular siendo víctima la CNT, hablaremos de Huesca capital. Durante años, los vecinos de Huesca sabían perfectamente que en el Cementerio de Los Mártires se encontraban los restos de fusilados…pero como siempre, aquí no pasaba nada. Y si no fuera por la increíble tenacidad de algunos, todo habría quedado en el olvido. Ciertamente, es lo que se querían.
La ciudad de Huesca tiene todavía una deuda pendiente con las familias de los fusilados y si estamos hoy aquí es para intentar compensar, si se puede, aportar una mínima justicia ante tanta injusticia. Recordemos, entonces a todos los que hoy ya no están, les guste o no, a los que dicen que “nunca pasó nada” y ya, daremos la palabra a Miguel A. C. que nos va a contar la tragedia que se desarrolló en la zona de Los Mártires de Huesca hace 80 años.
