Tiembla la tierra. Se caen las casas más humildes y antiguas. Y los de abajo pierden lo poco que tienen. Los más vulnerables, los trabajadores, muchos de ellos migrantes, gente mayor, jóvenes en situación precaria se quedan en la calle.
Los terremotos en Murcia son previsibles. De hecho, en múltiples lugares de la geografía peninsular son más que probables los temblores sísmicos. Nos querían convencer de que lo de Japón era lejano. Pues aquí lo tenéis. Nos mean y dicen que llueve.
Una vez más, constatamos que, pase lo que pase (terremoto, inundación, incendio, sequía, vertido tóxico,…) son los de abajo los que sufren. Hoy los vemos deambulando por las calles de Lorca, en Murcia, abrigados con mantas, llorando de miedo por no saber qué hacer.
De nuevo vemos cómo el sistema deja desamparados a los más débiles. O los más fuertes, según se mire. Los mismos que recogen las cosechas, levantan las industrias, atienden en los bares, nos cuidan en los centros de salud, juegan con nuestras hijas e hijos,… vuelven a ser las víctimas de un sistema demoledor, despiadado e injusto.
Los grandes actores del capitalismo (PPSOE; grandes empresarios, dueños de bancos,…) verán este terremoto como otra oportunidad para beneficiarse con la reconstrucción de las casas y las infraestructuras, compra pública de artículos “humanitarios”. También la desinformación mediática se encargará (como ya están haciendo) de que parezca que son ellos los únicos que pueden resolver esta situación (cuando son los que la provocan y eviten medidas de precaución y previsión ante algo previsible).
Desde la Regional de Murcia de la CNT, como siempre, enviamos un abrazo fraterno a las buenas gentes de abajo en Lorca. Y deseamos que el dolor se transforme en rabia. Y la indignación dé paso a la autoorganización.