La mentira

No saben.

No entienden.

Ellos. Los que gritan fuera,

los que no escuchan.

Aquéllos que se empeñan

en cerrar los ojos

ante la mentira.

La verdad del hombre

duele demasiado.

El hombre se convierte

en hombre

cuando decide

seguir sus propias normas.

Ningún dios

puso sus manos

sobre ningún

niño herido

nunca.

La peste de este siglo

es la ceguera

que todos

nos imponemos

cada día

para salvarnos.

No hay dignidad

en eso.

No hay dignidad

en tragar saliva

y seguir caminando

como si nada.

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