Selvas verdes inundan mi sur
Una maraña de colores se extiende hasta el horizonte
Caña de azúcar puebla la vereda
Donde paso a paso emerge la montaña
Chante de coyotes, del tecolote, nido
El clamor de las aves inunda los castos oídos
Ojos que no distinguen el nacimiento de la luz
Ahí nace el rio
Y la tierra se cohíbe
Se echa a andar en reversa para solapar humedades
Sapos, libélulas, abejorros, ranas, axolotes, orugas
¿Que prodiga es esta señora?
En sus brazos arrulla la orquídea en los días de mayo
El hongo se aposta
Bajo el telón de lluvia que cae en verano
¡Que nombre darle a esta tierra!
Anónimos son los paraísos
No hay letras para describir a cada animal
A cada planta que puebla mi pueblo
En esta tierra, que es el mundo
Y si de nombre se trata
Se llama casa.